Los cuidados durante y después del parto son fundamentales, pues existe la posibilidad de que se presenten complicaciones por enfermedades originadas por el embarazo o por condiciones previas, que pueden causar la muerte.
Entre las principales complicaciones del embarazo está la hemorragia obstétrica o sangrado durante el embarazo y el nacimiento o después del parto, que, si no es atendida en tiempo y forma, puede llevar incluso a la muerte, en cuestión de horas, a una mujer sana. La hemorragia o sangrado obstétrico, junto con la preeclampsia, que es la elevación de la presión durante el embarazo, son las dos principales causas de muerte materna en México.
La hemorragia obstétrica puede tener su origen tanto en los genitales internos como en los externos, y producirse en el preparto, durante el parto y en el postparto. Esta última, suele ser la complicación más agresiva, ya que se presenta con tanta rapidez que, en muchas ocasiones, los recursos para contrarrestarla son insuficientes.
La hemorragia obstétrica es la causa del 25 por ciento de las muertes maternas ocurridas en el mundo. El 80 por ciento de estas son complicaciones inherentes al embarazo, parto o puerperio (6 semanas posteriores al parto), el restante puede atribuirse a complicaciones de la coagulación. Un diagnóstico certero y oportuno puede, en un momento dado, brindar una mejor oportunidad de enfrentar una catástrofe de este tipo.
El embarazo en jóvenes adolescentes menores de 15 años es un factor de riesgo de mortalidad, pues fisiológicamente no están preparadas para ser madres; otro punto muy importante es la falta de recursos económicos, que limitan la realización de controles médicos rutinarios, principalmente en zonas con un elevado nivel de pobreza.
Todas las mujeres, en la medida de lo posible, deben tener acceso a métodos anticonceptivos y cuidados médicos, antes, durante y después del embarazo.
