La vitamina C es esencial para la producción de colágeno. Sin suficiente vitamina C el organismo no puede producir colágeno, una proteína que ayuda a mantener sanos los tejidos del organismo. Además, esta vitamina desempeña un papel importante en el funcionamiento del sistema inmunológico y tiene propiedades antioxidantes.
El escorbuto es una enfermedad causada por una deficiencia de vitamina C; fue descrita por primera vez en los siglos XV y XVI, cuando un médico escocés asoció la presencia de esta afección en marinos que realizaban largos viajes y no tenían acceso a alimentos frescos, como frutas y verduras, que contienen una cantidad importante de esta vitamina.
A diferencia de las vitaminas liposolubles como la vitamina D, la vitamina C, que es hidrosoluble, no se almacena en el tejido graso o en el hígado. Esto significa que el cuerpo no puede acumular grandes reservas de vitamina C y necesita obtenerla regularmente a través de la dieta.
Los síntomas de deficiencia de vitamina C y de un posible escorbuto son:
- Encías sangrantes
- Dientes flojos
- Articulaciones hinchadas y dolorosas
- Fácil aparición de hematomas
- Cicatrización lenta de las heridas
- Fatiga y depresión
El escorbuto es poco frecuente, pero aún puede aparecer en personas que no siguen una dieta equilibrada o que padecen ciertas afecciones médicas.
Algunos alimentos ricos en vitamina C son:
- Cítricos, como naranjas, limones, limas, pomelos
- Brócoli
- Chiles
- Pimientos verdes
- Kiwi
- Fresas
- Melón
- Mango
- Papaya
Si estás embarazada o en periodo de lactancia, habla con tu médico sobre la cantidad de vitamina C que necesitas.