A pesar de su color claro, la de cerdo es considerada carne roja. Se consume ampliamente en México y en la gran mayoría de los países del mundo, no está permitida en religiones como el judaísmo y el islam.
Como carne roja, el cerdo tiene fama de ser poco saludable. Sin embargo, su mala fama es infundada. Es una buena fuente de ciertos nutrientes, así como de proteínas de alta calidad, y si se come moderación, es un excelente elemento de una dieta sana.
La carne de cerdo es una buena fuente de nutrientes esenciales para diversas funciones del cuerpo, por ejemplo:
- Vitaminas B6 y B12, esenciales para la formación de células sanguíneas y la función cerebral.
- Hierro, necesario para fabricar hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno de los pulmones a distintas células del cuerpo.
- Selenio, necesario para el buen funcionamiento de la tiroides.
- Proteínas de alta calidad, que son aminoácidos completos indispensables para crear nuevos músculos y mantenerlos en buenas condiciones.
Sin embargo, también es importante tomar en cuenta que la carne de cerdo puede ser alta en sodio y grasas saturadas y que comerla poco cocinada o cruda puede provocar infecciones parasitarias, como la cisticercosis y la triquinosis; ambas infecciones pueden ser muy graves (incluso mortales) sobre todo en adultos mayores.
Para evitar la infección parasitaria es necesario comprar la carne en establecimientos que se ajusten a las medidas sanitarias adecuadas y, desde luego, cocinarla perfectamente antes de consumirla.
Además, nadie puede resistirse a unos taquitos al pastor o a un plato de cerdo con verdolagas en salsa verde.
