Las várices (venas varicosas) son venas agrandadas y torcidas que comúnmente se presentan en las piernas. Aunque a menudo se consideran un problema cosmético, pueden causar molestias y, en algunos casos, problemas de salud más graves. Se forman cuando las válvulas en las venas de las piernas se debilitan o se dañan, lo que hace que la sangre se acumule en lugar de fluir hacia el corazón. Esto provoca que se hinchen y se puedan ver a través de la piel.
Varias razones contribuyen al desarrollo de las venas varicosas:
-Predisposición Genética: Si hay antecedentes familiares de várices, es más probable que se presenten.
-Edad: Con el paso del tiempo, las venas pierden elasticidad y eficacia, aumentando el riesgo de venas varicosas.
-Género: Las mujeres, debido a cambios hormonales durante el embarazo, la menopausia o el uso de anticonceptivos, tienen mayor propensión a desarrollarlas.
-Trabajos que implican estar de pie o sentado por largos periodos pueden favorecerlas al dificultar el flujo sanguíneo.
-Obesidad y sobrepeso: El peso adicional puede ejercer presión sobre las venas, incrementando el riesgo.
Los síntomas pueden incluir:
-Venas hinchadas y visibles, que se ven torcidas y se notan debajo de la piel, con apariencia azulada o morada.
-Dolor, pesadez o incomodidad, especialmente después de estar mucho tiempo de pie o sentado.
-Picazón o Ardor.
-Piernas o tobillos hinchados, especialmente al final del día.
Existen varios tratamientos disponibles, y solo el médico puede recomendar el adecuado, dependiendo de cada caso. Estos van desde cambios en el estilo de vida o el uso de medias de compresión, hasta una cirugía.
Si tienes venas varicosas, consulta a tu médico.
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