Doctor: Suly Derechin de Cohen
Venimos saliendo de un periodo de confinamiento por la pandemia mundial del Covid-19. Pasamos muchos momentos de incertidumbre en los que estuvimos alejados de nuestro trabajo, nuestra familia y nuestras actividades diarias. Ahora que estamos retomando nuevamente nuestra vida, es buen momento para hacer una reflexión de todo lo sucedido…
Sin darnos cuenta, nos convertimos en una sociedad frívola y superficial, que le da mucha importancia a lo material, a lo que está de moda, a lo costoso, a lo que está "in".
¿Cuántas veces no quisiste cambiar una comida en casa de los abuelos por ir al restaurante más caro? ¿Cuántas veces no cambiaste una visita a casa de tus padres por ir a pasear al lugar de moda?
¿Cuántas veces no escogiste el parque nuevo al que "todo mundo" va? El que está rodeado de restaurantes y cafés. Sin importar lo lejos que quede de tu casa, o lo difícil que resulte estacionar. Sin darte cuenta de lo bonito que está el parque de tu colonia. Que, aunque no tenga restaurantes, ni cafés, ni esté lleno de gente, tiene algo que todos anhelamos en esos días de encierro. Tiene un espacio abierto y verde lleno de árboles y plantas, aire libre, sol, aves cantando y, además, se respira libertad. Esa libertad que hemos perdido al tener que estar encerrados en casa por el confinamiento.
Cómo dice el dicho:
Aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prisión.
En esos días de encierro, en los que era muy recomendable quedarse en casa, ¿Quién no hubiera dado todo por poder ir a dar un paseo al parque de la colonia? A ese parque que siempre tuvimos frente a nosotros, pero que despreciamos por no ser el parque de moda. ¿Quién no hubiera dado todo por poder ir a la comida a casa de los abuelos? La misma que a veces rechazamos por ir al restaurante más caro.
¿Quién no hubiera dado todo por poder visitar a sus padres, a quienes olvidábamos porque siempre había algo mejor que hacer? Tuvimos que cambiar nuestra convivencia y reuniones familiares y sociales por la conexión a esa App de video, llamadas y reuniones virtuales. Y no era suficiente para sentirnos cerca de nuestros seres queridos.
Después de la tempestad llega la calma y ahora es buen momento de retomar nuestras prioridades y darle valor y un sentido nuevo a nuestra vida.
Estamos en una nueva realidad, donde hay que vivir con distanciamiento social. Donde se empieza a permitirnos retomar nuestras actividades diarias, pero no con la misma libertad. Tenemos que seguir ciertos cuidados y restricciones para no caer en un rebrote. Ahora nos damos cuenta que vemos el mundo diferente. Como si lo estuviéramos viendo a través de los ojos de un niño inocente y pequeño. Y nos sorprendemos hasta con el vuelo de un pajarito.
No te enfoques en lo superficial. No des por hecho todas las maravillas que tenemos a la mano. El mundo nos acaba de demostrar que el día que quiera nos las quita. Aprovecha esta etapa para acercarte a los que más quieres. Valora lo que siempre tuviste frente a ti, pero que no viste, y dale un enfoque nuevo a tu vida.
