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Pubertad precoz y otras alteraciones puberales

Por el Dr. Miguel Ángel Guagnelli

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Nació tu bebé, y durante el primer año lo llevaste puntualmente cada mes (o casi) para que el pediatra te ayudara a sobrevivir, y que te diera halagos sobre lo bien que estaba creciendo.

Cumplió un año y las citas se espaciaron, poco a poco te fuiste sintiendo en tu zona de confort, y otras preocupaciones, como los berrinches y las rutinas de sueño y comida ocuparon tu mente.

Las visitas al pediatra a partir de los dos años prácticamente fueron para revisarlo cuando tuvo alguna infección, rápido y a seguir con la vida. De repente te das cuenta de que tu niña de 8 años empieza a oler diferente, o que tu niño de 10 no está creciendo, y te empiezas a preocupar.

La simple idea de pensar en que esté en la pubertad estresa a muchos padres. ¿Qué deberías hacer?

Primero, deshagámonos de mitos:

MITO: El pediatra solo ve a niños hasta los 10 años.

REALIDAD: La pubertad está comprendida dentro de las edades pediátricas, y aunque muchos especialistas en medicina de adultos pueden verlos, los pediatras y subespecialistas pediatras sabemos mejor cómo valorarlos y vigilarlos.

MITO: Los hombres crecen hasta los 21 años.

REALIDAD: Sólo un porcentaje pequeño de hombres crece más allá de los 18 años, la mayoría cesa su desarrollo puberal y crecimiento entre los 16 y 18 años, pero algunos incluso cesan su crecimiento a los 15. Si alrededor de los 13 a 14 años un chico no ha tenido desarrollo puberal (vello, acné, crecimiento de genitales) o si lo tiene y no ha crecido lo suficiente, es necesario que lo valore un endocrinólogo pediatra, para poder ayudarle a mejorar su pronóstico de crecimiento.

MITO: Las niñas dejan de crecer cuando tienen su primera menstruación.

REALIDAD: Sí existe una relación entre el momento en que las niñas tienen su menarca (primera regla) y el momento en que dejan de crecer, pero no es igual en todas las niñas. Es mucho más importante saber en qué momento inicia y hacer un seguimiento, por eso, en el momento en que se detecta que una niña ya está empezando la pubertad, lo ideal es llevarla a valorar con su pediatra.

MITO: No importa que esté gordito/a, ya dará el estirón.

REALIDAD: Los niños/as que parecen tener sobrepeso y crecen durante la pubertad existen, mucha gente los menciona como ejemplo para pensar que no pasa nada por tener exceso de tejido adiposo en el cuerpo. La realidad es que el sobrepeso puede tener efectos negativos en el crecimiento, en la pubertad, y se ha determinado que un niño o niña que termina la pubertad con sobrepeso es mucho más probable que sea un adulto obeso.

A las niñas hay que llevarlas al ginecólogo cuando tienen su primer periodo. CIERTO, los ginecólogos son excelentes en vigilar la salud femenina y reproductiva, y lo ideal es que desde la menarca se lleve a cabo un seguimiento. Sin embargo, en temas de crecimiento y de evolución de la pubertad, en caso de existir dudas acerca del tiempo (muy temprano, muy tarde) o del ritmo (muy rápida, muy lenta) de la pubertad, lo indicado es consultar a un endocrinólogo pediatra.

Muchas de estas dudas surgen en el consultorio, en la consulta normal de pediatría, pero tienen un punto muy importante de fondo. Demasiados chicos/as llegan a consulta preocupados por su crecimiento, pero lo hacen demasiado tarde, cuando las opciones para ayudarles son pocas.

Pasaron la pubertad sin una supervisión adecuada, y como consecuencia se quedan con una estatura inferior a su potencial.

Ya lo he escrito antes, pero lo recordamos, la pubertad es el periodo en el que se adquiere la madurez reproductiva, en niños y en niñas, además de adquirir los llamados caracteres sexuales secundarios, se presenta el brote de crecimiento puberal, comúnmente conocido como “estirón”.

La forma de percibir el inicio de la pubertad es diferente para ambos sexos. En niñas suele presentarse a partir de los 8 años, con la aparición de los botones mamarios. Debajo de los pezones se aprecia un pequeño bulto con forma de un haba, y que a veces es doloroso, es el inicio del crecimiento de la glándula mamaria. En niños lo que se suele notar a partir de los 9 años es un crecimiento del tamaño de los testículos y la aparición de vello púbico.

En ambos, hasta un año antes puede notarse un cambio en el olor corporal, o solamente de axilas y región inguinal. Esto lo causa la producción de hormonas por parte de las glándulas suprarrenales o adrenales, que prepara el terreno para la pubertad.

¿Qué debe de preocuparnos?

Niñas:

Aparición de vello púbico o botones mamarios antes de su 8vo cumpleaños. Los botones mamarios son difíciles de notar en niñas con exceso de tejido graso, puede ser necesario palparlas.

Cambios demasiado rápidos: crecimiento rápido de pechos, cadera o progresión rápida en la aparición de vello púbico.

Niños:

Aparición de vello púbico antes de su 9no cumpleaños, o bien aparición de bigote, vello axilar, acné alrededor de esta fecha.

¿Y qué hacer?

En primer lugar, acudir con el pediatra. Si cuentan con un pediatra que haya llevado seguimiento a lo largo de la vida, lo ideal es comparar peso, estatura y desarrollo con su historial, y valorar si se encuentra en una situación donde necesite tratamiento. Idealmente debe solicitarse una radiografía de mano (llamada edad ósea) y hacer una exploración completa.

Si el pediatra se encuentra ante una verdadera pubertad precoz, o si no resuelve adecuadamente las preguntas, puede ser necesario consultar a un endocrinólogo pediatra para hacer una evaluación adecuada.

Mucho del quehacer de la pediatría es prevención: vacunas, control del niño sano, etc. Pero esa prevención no termina a los dos o tres años, y es especialmente necesaria en la pubertad, un periodo tan importante para el crecimiento.

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