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Protege a tus hijos del sol

Si vas a llevar a tus hijos a un sitio de playa, muy soleado, o si juegan en un patio o jardín durante estos días de calor, es importante que tomes las medidas necesarias para proteger su delicada piel de los daños que produce el sol, sin privarlos de los beneficios que el astro rey proporciona.

Hace 30 o 40 años tomábamos el sol sin la menor conciencia de los daños que este podía causar en la piel, y las quemaduras de quienes éramos niños entonces se remediaban con un poco de vinagre untado con cuidado en la zona dañada y un beso de mamá. Muchas generaciones, que en aquel entonces nos expusimos al sol sin medida ni conciencia, hoy estamos pagando las consecuencias, con pecas y manchas, arrugas prematuras y lo más grave, con cáncer de piel. Afortunadamente, hoy sabemos más y tenemos mayor conciencia, además de que ya podemos encontrar en el mercado una gran variedad de bloqueadores solares, que nos permiten tomar todo lo benéfico del sol, sin dañarnos.

Los niños pueden jugar horas bajo los rayos del sol, que ni siquiera notarán sus efectos. Sin embargo, su piel, que es más delicada y sensible que la de los adultos, puede verse dañada, ya que aún no han desarrollado plenamente su capacidad para segregar melanina, el pigmento que la protege.

En algunos casos, los médicos recomiendan que el bebé tome el sol durante diez minutos todos los días. Cuando son recién nacidos es importante hacer esto a través de un vidrio y no excederse en el tiempo. Durante el primer año, tomar un poco de sol le hace bien a tu bebé, pero siempre con un protector adecuado a su edad y nunca alrededor del mediodía, que es cuando la radiación solar es especialmente dañina. En lugares de calor excesivo, ni la sombra de una palapa es suficiente para proteger a los más pequeños, especialmente durante las horas cálidas. Los mejores momentos para que tus hijos tomen el sol son las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde.

La elección del protector solar más adecuado es muy importante. Es recomendable que este sea diseñado especialmente para niños o bebés y que tenga un elevado Factor de Protección Solar para los rayos UVA y UVB. Un factor de protección 25 es suficiente para los niños de piel morena, y superior a 30 para los niños de piel más blanca. Si el pequeño tiene la piel sensible, necesita un protector especial y además debe llevar un gorro y una camiseta, incluso cuando se meta a la alberca. Para optimizar la efectividad del protector es mejor aplicarlo media hora antes de exponerlo al sol y repetir la aplicación cada dos horas o después de nadar.

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