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Las paperas, no solo son una enfermedad infantil

Si bien las paperas tienen mayor prevalencia en los niños, se pueden presentar en los adultos, con algunas complicaciones anexas. Es así como la vacunación en la infancia toma protagonismo. Especialmente porque contribuye a bajar la tasa de contagios y la duración de la sintomatología. Además, porque es una enfermedad de fácil propagación, que se trasmite por las gotas respiratorias y la saliva.

En México, se ha detectado la presencia de parotiditis infecciosa, especialmente en el estado de Nuevo León, a pesar de la inclusión de la vacuna triple viral: sarampión, paperas y rubeola, en el programa de inoculación estatal. Por ello, ya se encuentra en curso la campaña para vacunar niños de 1 a 4 años con una primera dosis, y completar el esquema en menores de 9 años.

El paramixovirus se trasmite por el contacto directo de las personas, afectando las mucosas del tracto respiratorio superior. Y aunque muchas veces la persona infectada no presenta síntomas, cuando aparecen lo hacen dos o tres semanas después de la exposición, provocando una inflamación aguda de las glándulas parótidas o salivales, ubicadas en la parte delantera y baja de la oreja.

Las complicaciones por paperas son poco frecuentes. Sin embargo, cuando se presentan pueden incluir inflamación de órganos como los testículos, el cerebro, la membrana de la medula espinal y el páncreas. Es por lo que si se llegan a presentar dichas complicaciones pueden afectar la fertilidad del hombre, generar problemas neurológicos y producir alteraciones graves en el sistema digestivo.

Al mismo tiempo, a causa de la inflamación de las glándulas parótidas se puede generar una pérdida de audición temporal o permanente, además de presentarse anomalías en el latido del corazón. En los casos en que la mujer se encuentra embarazada, se aumenta el riesgo de provocar dificultades en la gestación.

Podemos ver que las paperas no afectan solo a los niños, sino también a adultos, especialmente a aquellos que no tuvieron la oportunidad de cumplir con el cuadro de vacunación en la infancia. De ahí la importancia de la inoculación y buscar ayuda profesional en caso de no estar vacunado y presentar algún síntoma, ya que de esta manera se puede llevar a cabo una prueba de sangre para confirmar el diagnóstico y recomendar el tratamiento.

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