Las nuevas tecnologías al servicio de la salud avanzan vertiginosamente, ofreciendo alternativas terapéuticas que parecen de película de ciencia ficción. Tal es el caso de una nueva tecnología que se dio a conocer en septiembre pasado, por médicos que implantaron electrodos en el cráneo de un paciente de San Luis, Missouri (Estados Unidos) para tratar su depresión. La intención es aliviar su condición mediante breves y pequeños impulsos eléctricos en el cerebro. El próximo mes comenzará el segundo ensayo.
La operación corrió a cargo de la start-up Inner Cosmos, una de las muchas empresas que trabajan en tecnologías que pueden implantarse en el cerebro de los pacientes. La más conocida es sin duda Neuralink, propiedad de Elon Musk.
Este ensayo fue el primero de este tipo en utilizar implantes directamente en el cráneo para tratar la depresión, y ser el parteaguas de una nueva era en que se utiliza hardware en lugar de medicamentos o psicoterapia para tratar problemas de salud mental.
Se espera que este primer ensayo dure alrededor de un año, con la posibilidad de que participen algunos pacientes más.
Este primer dispositivo es un poco más grande de lo que Inner Cosmos pretende que sea su producto final. Meron Gribetz, director general de la empresa dijo que la misión de Inner Cosmos es crear un mundo que restaure el poder cognitivo de la humanidad reequilibrando la mente humana.
