El ejercicio frecuente es una de las medidas que todos podemos tomar para conservarnos saludables y delgados. Sin embargo, si se entrena de manera excesiva, abusando del propio cuerpo, podemos lesionarnos, o en algunos casos dañar nuestros huesos.
Al hacer ejercicio, los huesos sufren microtraumatismos, es decir, pequeños desgarros en el tejido óseo; esto es normal en el proceso de remodelación ósea, que es como se fortalecen nuestros huesos. Sin embargo, si se entrena en exceso, los huesos no tienen tiempo suficiente para recuperarse del microtraumatismo, lo que puede provocar fracturas por estrés.
Las fracturas por estrés son pequeñas grietas en el hueso que pueden producirse en cualquier hueso del cuerpo, pero son más frecuentes en las extremidades inferiores, como las espinillas, los pies y la pelvis. Generalmente son causadas por actividades repetitivas, que ejercen tensión sobre los huesos, como correr, saltar y bailar.
Los síntomas de una fractura por sobrecarga pueden variar en función de la gravedad de la lesión. Algunas personas pueden experimentar solo un dolor leve, mientras que otras pueden tener un dolor intenso que les dificulte caminar o hacer ejercicio. Otros síntomas de una fractura por sobrecarga pueden ser:
- Sensibilidad o dolor en la zona afectada
- Hinchazón
- Hematomas o moretones
- Debilidad o fatiga
- Dificultad para caminar o hacer ejercicio
La mejor forma de prevenir las fracturas por sobrecarga es escuchar al cuerpo, y no entrenar en exceso. Si siente dolor es necesario hacer una pausa en el entrenamiento y dejar que el cuerpo se recupere. También es importante descansar lo suficiente, seguir una dieta sana y mantenerse hidratado.
Si eres deportista es importante que trabajes con un entrenador que pueda ayudarte a crear un programa de entrenamiento seguro y eficaz. También debes asegurarte de acudir a revisiones periódicas con tu médico, para controlar tu salud y asegurarte de que no corres el riesgo de sufrir este tipo de lesiones.
