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Etiquetado de alimentos procesados

Los alimentos procesados son aquellos que han pasado por un proceso, generalmente industrial, para llegar a nuestras manos. Estos procesos pueden agregar sustancias que le confieren un mejor sabor, textura, apariencia o que permiten que se conserven en buen estado por más tiempo. De igual forma, en el proceso, estos alimentos pueden perder ciertos nutrientes, pero también pueden estar adicionados con nutrientes importantes para mantener la buena salud.

Es necesario tener en cuenta que, si no existieran los alimentos procesados, los consumidores no tendríamos acceso a cosas tan cotidianas como el café, la mantequilla, el azúcar, el jamón, el aceite de oliva, el queso y muchos más. En una casa común y corriente no se fabrica mantequilla o queso, ni se extrae el aceite de las olivas, o se tuestan y muelen los granos de café.

La etiqueta en los empaques indica datos importantes acerca de los valores nutricionales de los alimentos procesados, y puede ser una extraordinaria herramienta para mantener una alimentación saludable y equilibrada.

Los elementos importantes que se deben considerar, al revisar las etiquetas nutricionales de un alimento procesado, son:

- Porción: Toda la información nutrimental en la etiqueta está considerada para una porción, y en muchas ocasiones, incluso cuando el paquete es individual, un alimento puede tener varias porciones; por ejemplo, un paquete de 6 galletas puede tener 3 porciones, por lo que la información de su etiqueta se refiere únicamente a dos galletas.

- Valor energético: expresado en kilocalorías (Kcal), es el número total de calorías que contiene una porción de ese alimento, y es muy útil si se está intentando bajar de peso a través del déficit calórico.

- Grasa total: expresada en gramos, es mejor elegir aquellos que tienen menos de 5 gramos.

- Grasas saturadas y grasas trans: mientras menos contengan, mejor, ya que estos dos tipos de grasa son factores para que se desarrollen enfermedades cardiovasculares.

- Hidratos de carbono y azúcares: expresada en gramos, es recomendable que no excedan, entre ambos elementos, los 15 gramos por porción.

El etiquetado también puede incluir la cantidad de sodio (sal) y los ingredientes con que se preparó el alimento, incluyendo los colorantes, potenciadores de sabor y conservadores.

En México recientemente se agregó el etiquetado frontal en sellos, para advertir al consumidor acerca del exceso de calorías, de azúcar, de sodio, de grasas saturadas o trans y otros, los que también constituyen una buena referencia acerca de qué es lo que nos estamos llevando a la boca, o les estamos ofreciendo a nuestros pequeños.

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