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Esclerosis Múltiple

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad crónica, inflamatoria, desmielinizante del sistema nervioso central, incurable y neurodegenerativa. Se desconoce la causa de la esclerosis múltiple.

Se manifiesta con eventos neurológicos recurrentes, que en la mayoría de los casos remiten de forma parcial o total después de algunos días o semanas. Posteriormente pueden volver a aparecer los mismos u otros síntomas, o agravarse. Los periodos de remisión pueden durar meses, e incluso años. Por lo general, los primeros síntomas aparecen entre los 20 y los 40 años.

La esclerosis múltiple es considerada una enfermedad autoinmune, es decir, que el sistema inmunológico del cuerpo ataca a sus propios tejidos.

En el caso específico de la EM, el sistema inmunológico daña y destruye la sustancia grasa que recubre y protege las fibras nerviosas del cerebro y la médula espinal, llamada mielina. Esto causa que la fibra nerviosa quede expuesta, y los mensajes enviados a través de ella se hagan más lentos o se interrumpan, provocando problemas de comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo. Con el tiempo, la enfermedad puede causar el deterioro o daño permanente de los nervios, lo que podría limitar la movilidad y marcha del paciente.

Los síntomas de la esclerosis múltiple pueden variar mucho de una persona a otra, según la severidad de la lesión a los nervios y cuáles de ellos han sido afectados.

Entre los síntomas más frecuentes están:

- Entumecimiento o debilidad en una o más extremidades

- Sensaciones de toques eléctricos al hacer ciertos movimientos del cuello

- Temblores

- Coordinación deficiente o marcha inestable

- Problemas de visión

- Dificultades en el habla

- Fatiga o mareos

- Hormigueo o dolores en diferentes partes del cuerpo

No hay estudios específicos para determinar que se padece esclerosis múltiple, por lo que el diagnóstico se hace descartando otras enfermedades que pueden producir síntomas similares.

Los estudios para hacer el diagnóstico pueden incluir:

- Análisis de sangre, para descartar otras enfermedades. Sin embargo, actualmente se están desarrollando pruebas para buscar biomarcadores específicos asociados con la esclerosis múltiple.

- Punción lumbar, en la que se extrae una muestra de líquido cefalorraquídeo, que puede indicar anomalías en los anticuerpos asociadas con la esclerosis múltiple.

- Resonancia magnética, que puede mostrar lesiones en el cerebro y la médula espinal.

- Pruebas de potenciales provocados, que registran las señales eléctricas producidas por el sistema nervioso en respuesta a determinados estímulos.

La esclerosis múltiple no tiene cura, sin embargo, existen tratamientos encaminados a acelerar la recuperación de las recaídas, cambiar el curso de la enfermedad y controlar los síntomas.

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