Las enfermedades cardiovasculares constituyen una causa muy importante de mortalidad en todo el mundo. A partir de la menopausia, estos trastornos cardiovasculares son tan frecuentes en las mujeres como en los hombres, y pueden llegar a ser más graves y con un pronóstico menos alentador.
Durante la vida fértil, la salud cardiovascular de la mujer está protegida por la acción de los estrógenos; después de la menopausia esta protección desaparece. Y es que los niveles de estrógeno durante la vida fértil, cuando la mujer aún puede quedar embarazada, está relacionado con niveles más elevados de lipoproteínas de alta densidad (HDL o colesterol bueno) y niveles más bajos de lipoproteínas de baja densidad (LDL o colesterol malo). Además, el estrógeno tiene un efecto vasodilatador y favorece otros mecanismos que limitan la posibilidad de enfermedades cardiovasculares.
Posterior a la menopausia, en la etapa llamada climaterio, las mujeres están en mayor riesgo de padecer los siguientes problemas que podrían desembocar en una enfermedad cardiovascular:
- Presión arterial alta: que puede agravarse en mujeres con sobrepeso u obesidad, con una dieta abundante en grasas, azúcares o sal, la ingesta de alcohol y el tabaquismo o el sedentarismo. La hipertensión incrementa el riesgo de infarto y de accidente cerebrovascular.
- Colesterol alto: las mujeres con niveles altos de colesterol malo (LDL) tienen tres veces más riesgo de desarrollar una enfermedad del corazón que aquellas con niveles más bajos.
- Obesidad: en las mujeres es un factor predisponente para las enfermedades del corazón. También es muy importante el lugar del cuerpo donde se acumula la grasa; se sabe que las mujeres que tienen mucha grasa en la cintura tienen un mayor riesgo que las que tienen grasa en las caderas.
- Depresión: no es directamente un factor de riesgo para las enfermedades del corazón, sin embargo, las mujeres con síntomas de depresión tienen un 50% más de probabilidades de sufrir enfermedades del corazón. La depresión puede aparecer durante el climaterio, generalmente por una combinación de factores hormonales y emocionales.
Para reducir las posibilidades de enfermedades cardiovasculares:
- Seguir una dieta baja en grasas saturadas, con abundantes verduras y frutas frescas, limitar la ingesta de carne muy grasosa y los lácteos, y elegir carne magra y pescado.
- Dejar de fumar y limitar el consumo de alcohol.
- Hacer ejercicio cotidianamente y mantener un peso saludable.
- Si se padece hipertensión, colesterol alto, diabetes o cualquier otra enfermedad, apegarse al tratamiento que indique el médico.
- Buscar ayuda profesional en caso de depresión, ansiedad u otros trastornos.
- Visitar al médico y hacerse un chequeo anual a partir de los 50 años.
