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Cáncer y emociones

El diagnóstico de cáncer toma a cualquier persona por sorpresa, y nadie puede decirnos realmente cómo enfrentarlo, a menos de que ya lo haya vivido personalmente.

Afortunadamente en la actualidad tenemos muchas herramientas que nos permiten detectar el cáncer en etapas más tempranas, lo que resulta en la necesidad de tratamientos menos agresivos y mejores posibilidades de curación. Ante este diagnóstico se suele proceder inmediatamente a atender la salud física, ya que el tiempo puede ser determinante en los resultados. Sin embargo, emocionalmente el saberse enfermo de cáncer puede ser muy abrumador y estresante, y es un área a la que por lo general no se presta atención.

Niki Barr, una escritora de libros y especialista en atender emocionalmente a pacientes de cáncer y sus familiares, desarrolló algunas herramientas para poder enfrentar la ansiedad ante el diagnóstico de esta terrible enfermedad, de una manera menos brutal. Entre las sugerencias que ofrece están:

- Identificar los pensamientos que te llevan a la ansiedad, al miedo, la preocupación, la intranquilidad, y detenerlos con pensamientos positivos y poderosos.

- Evitar preguntas como: ¿qué pasa si… el cáncer se extendió?, ¿si el tratamiento no funciona?, etc. Ya que una pregunta nos lleva a la siguiente, en lo que puede ser una espiral hacia la ansiedad y el miedo irracional.

- Interrumpir la cadena de pensamientos negativos concentrándote en los detalles a tu alrededor, como los libros de un librero, el color de ojos de quien está contigo o los cuadros en las paredes. Concentrarse en detalles externos ayuda a desviar los pensamientos de ansiedad.

- Encontrar distracciones, visitar lugares de atracción, prestar atención a todos los detalles, de modo que puedas tratar de recordarlos en momentos difíciles, como cuando estás esperando para realizarte alguna prueba, procedimiento o algún resultado.

- También te puede ayudar la meditación y la oración, escuchar música relajante o hablar con alguien de tus pensamientos y sentimientos.

- Tener claro cuáles son tus prioridades y reconocer tus fortalezas, pero también tus limitaciones.

Por otra parte, siempre es buena idea acompañarse de familiares y amigos, siempre teniendo en cuenta que, aunque tengan las mejores intenciones, en ocasiones pueden sugerir tratamientos médicos alternativos o curanderos, con los cuales tú no te sientas cómodo; no te dejes abrumar y sé firme al poner límites. No obstante, familiares y amigos desempeñan un papel fundamental en el tiempo que dura el tratamiento, e incluso algunos estudios han vinculado a la supervivencia del cáncer con el contacto social.

Ser capaz de manejar tu ansiedad te ayuda a enfrentar el diagnóstico y a los tratamientos del cáncer, y salir avante de la mejor manera posible.

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