La tiroides es una glándula con forma de mariposa que se encuentra en la parte inferior delantera del cuello. Su función es fabricar hormonas tiroideas, que ayudan al cuerpo a utilizar la energía, a regular la temperatura y a que órganos como el cerebro, el corazón y los músculos funcionen correctamente.
El cáncer de tiroides se produce cuando hay un cambio en el ADN dentro de las células tiroideas, que hace que crezcan de forma incontrolada y produzcan un bulto. El de tiroides es un tipo de cáncer que suele afectar a algunas personas alrededor de los 30 años y a los mayores de 60. Las mujeres tienen entre 2 y 3 veces más probabilidades de desarrollarlo que los hombres.
Los síntomas del cáncer de tiroides pueden incluir:
- Un bulto indoloro en la parte delantera del cuello
- Glándulas inflamadas en el cuello
- Ronquera o dolor de garganta inexplicables, que no mejoran al cabo de unas semanas
- Dificultad para tragar
Existen 4 tipos principales de cáncer de tiroides:
- Carcinoma papilar: es el tipo más común, representa alrededor de 8 de cada 10 casos, suele afectar a personas menores de 40 años, especialmente mujeres
- Carcinoma folicular: representa hasta 1 de cada 10 casos, y suele afectar a adultos de mediana edad, sobre todo a mujeres
- Carcinoma medular de tiroides: representa menos de 1 de cada 10 casos, y puede ser hereditario
- Carcinoma anaplásico de tiroides: es el tipo más raro y grave, representa alrededor de 1 de cada 50 casos, suele afectar a personas mayores de 60 años
Los carcinomas papilares y foliculares se conocen a veces como cánceres de tiroides diferenciados y suelen ser más sencillos de tratar que los otros tipos.
El cáncer de tiroides suele ser tratable, y en muchos casos puede curarse completamente, aunque en ocasiones puede reaparecer después del tratamiento.