El ritmo cardiaco está controlado por señales eléctricas. Una arritmia es una anomalía del ritmo cardiaco. Puede latir demasiado despacio, demasiado rápido o de forma irregular. La mayoría de las personas con un ritmo cardiaco anormal pueden llevar una vida normal si se diagnostica y se trata adecuadamente.
Los principales tipos de arritmia son:
- Fibrilación auricular: es el tipo más frecuente, el corazón late de forma irregular y más rápido de lo normal.
- Taquicardia supraventricular: episodios de frecuencia cardiaca anormalmente rápida en reposo.
- Bradicardia: el corazón late más despacio de lo normal.
- Bloqueo cardiaco: el corazón late más despacio de lo normal y puede provocar un desmayo.
- Fibrilación ventricular: ritmo raro, rápido y desorganizado de los latidos del corazón, que conduce rápidamente a la pérdida de conciencia y a la muerte súbita si no se trata inmediatamente.
Las arritmias pueden presentarse a cualquier edad, pero la fibrilación auricular es más frecuente en las personas mayores, en alcohólicos y en personas con sobrepeso. También el riesgo de desarrollar arritmias se ve incrementado cuando el tejido cardiaco está dañado, como en el caso de quienes han sufrido un infarto o padecen insuficiencia cardiaca. Tener fibrilación auricular significa un riesgo de derrame cerebral 5 veces mayor, en relación con quien tiene un ritmo cardiaco normal.
Los síntomas de las arritmias incluyen:
- Palpitaciones o sensación de aleteo en el pecho
- Latidos cardiacos acelerados o lentos
- Dolor en el pecho
- Falta de aliento
- Sensación de mareo o desmayos
- Sudoración
Si tienes dudas o presentas alguno de estos síntomas, consulta a tu médico.