La oxitocina, también conocida como la "hormona del amor" se produce en el hipotálamo y se libera desde la hipófisis. La oxitocina es una hormona esencial para la reproducción humana. Participa en una amplia gama de procesos, desde la fertilidad hasta la lactancia, y juega un papel importante en la formación de vínculos entre las personas.
Fertilidad:
La oxitocina estimula las contracciones musculares del útero, lo que facilita el movimiento de los espermatozoides hacia el óvulo y aumenta las posibilidades de fecundación. Las contracciones uterinas también ayudan a transportar el embrión al útero y a implantarlo en el endometrio.
Embarazo:
La oxitocina ayuda a mantener el útero en contracción durante el embarazo, lo que protege al feto y previene el parto prematuro. A medida que avanza el embarazo, la producción de oxitocina aumenta, lo que ayuda a preparar el cuerpo para el parto.
Parto:
La oxitocina desencadena las contracciones uterinas que dan inicio al parto, y ayuda a dilatar el cuello uterino para permitir el paso del bebé. Además, la oxitocina aumenta la intensidad y la frecuencia de las contracciones uterinas, lo que ayuda a expulsar al bebé del útero.
Lactancia:
La oxitocina estimula la contracción de las células mioepiteliales que rodean los alvéolos mamarios, lo que provoca la eyección de la leche materna. También juega un papel importante en la formación del vínculo entre la madre y el hijo.
Otras funciones:
• La oxitocina aumenta la lubricación vaginal y la excitación sexual en las mujeres.
• La oxitocina se libera durante el orgasmo tanto en hombres como en mujeres, lo que intensifica la experiencia y aumenta el sentimiento de placer.
• La oxitocina también se libera en situaciones de interacción social, como los abrazos, lo que ayuda a fortalecer los vínculos sociales y la confianza.
