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Yoga prenatal

El parto es uno de los eventos más importantes y memorables en la vida de una mujer. Su cuerpo está diseñado para dar a luz, tiene la capacidad de dar vida, nutrirla y guiarla. La gestación de un bebé en el vientre materno constituye una serie de hechos altamente especializados y precisos. Un ser humano se está formando… es el milagro de la vida.

El embarazo y el parto se pueden ver beneficiados si la madre tiene un cuerpo fuerte y flexible, con buena postura. Además, estar mentalmente en un espacio positivo, de armonía, paz y tranquilidad, favorece a la madre y al hijo.

La práctica de las posturas del yoga o asanas brindan a la futura madre una oportunidad de participar conscientemente en el proceso de embarazo y parto, además de beneficiar así a su bebé desde antes del alumbramiento.

Las asanas o posturas de yoga producen en la mujer embarazada un bienestar físico, mental y espiritual y refuerzan los lazos entre ella y su bebé. De igual manera, la práctica de esta disciplina ancestral fortalece el sistema nervioso, tonifica los músculos y mejora la postura. Se sabe que los bebés cuyas madres han practicado yoga durante el embarazo son seres tranquilos, cálidos, dispuestos a recibir y dar amor.

Hay una gran cantidad de posturas de yoga que las futuras mamás pueden realizar para lograr un mejor embarazo y un alumbramiento grato y con menores posibilidades de que se presente alguna complicación.

Las posturas más adecuadas para la mujer durante el embarazo son aquellas que producen el estiramiento de extremidades y la columna vertebral, así como las de rotación de cadera. Después de una sesión de yoga, el cuerpo está listo para meditar, enfocando la atención al interior para que la madre y el bebé experimenten un estado de paz y plenitud. El yoga puede practicarse desde los 3 meses de gestación, con la aprobación del médico.

Las respiraciones largas y profundas durante la práctica de las posturas hacen que el cuerpo y la mente se relajen, además de que permiten una oxigenación adecuada. En cuanto a las preocupaciones o temores, casi siempre infundados, que las mujeres suelen sentir durante el embarazo se diluyen. Durante los últimos meses del embarazo, esta práctica ayuda a aliviar las molestias en la espalda baja, mejora la circulación de la sangre y ayuda a conciliar el sueño más fácilmente. Finalmente, la práctica de esta disciplina favorece el parto, ya que ayuda a que la madre se relaje y pueda soportar el dolor de las contracciones de mejor manera.

Siempre es importante buscar clases prenatales de yoga que estén certificadas, y pedir autorización al médico tratante antes de comenzar.

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