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Vitamina D

La vitamina D es una sustancia sintetizada por el organismo a través de un complejo proceso químico, que se activa cuando el cuerpo se expone a los rayos del sol: la luz ultravioleta transforma una prohormona (7-dehydrocholesterol) en vitamina D3, la cual es metabolizada primero por el hígado y luego por el riñón, para finalmente transformarse en moléculas que el cuerpo utiliza para diversas funciones. La vitamina D también puede obtenerse a través de algunos alimentos, aunque la proporción es menor si se le compara con la producida por la estimulación de la luz solar. La leche fortificada y los pescados grasos, como atún, salmón y caballa son las mejores fuentes de esta sustancia; mientras que el hígado de res, el queso, las yemas de huevo y los champiñones también la proporcionan, pero en cantidades más pequeñas.

Entre 1932 y 1937 se aisló la vitamina D, se descubrió su naturaleza y se dilucidó la forma en la que el cuerpo la sintetiza a partir del colesterol. Explicado de forma simple, el colesterol que circula en la sangre, al pasar por la piel expuesta a luz UV, sufre una transformación a previtamina D, que después sufre modificaciones bioquímicas en el cuerpo y se transforma en Vitamina D. Después requerirá de dos pasos en el hígado y en el riñón para convertirse en la forma activa 1-25 hidroxivitamina D.

La vitamina D funciona como si fuera una hormona, existe un receptor en el núcleo de las células que se activa al unirse a ella. Al hacerlo se activan distintos genes y se inicia la producción de proteínas, tal como lo hacen las hormonas esteroideas. Prácticamente todos los tejidos del cuerpo tienen receptor para vitamina D.

De ahí surgieron las primeras terapias con lámparas incandescentes de alta intensidad, con las cuales se compensaba la falta de luz solar durante el invierno, particularmente en los países con días cortos y fríos. En la siguiente década también se describió que ciertos alimentos pueden ayudar a tratar el raquitismo, notablemente el aceite de hígado de bacalao, con el cual los niños mejoraban espectacularmente, y pronto la terapia solar se volvió innecesaria.

Entre 1932 y 1937 se aisló por primera vez la vitamina D, se descubrió su naturaleza y se dilucidó la forma en el que el cuerpo la sintetiza a partir de colesterol.

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