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Virus del Papiloma Humano

Los virus del papiloma humano son un grupo de cerca de 200 variedades de virus, que están relacionados entre sí y se trasmiten por contacto sexual. La mayoría de los tipos de VPH son inocuos y no causan daños. Sin embargo, aproximadamente 35 están asociados con lesiones que pueden ir desde menores, hasta muy graves. Después del contagio y antes del primer síntoma pueden pasar años, porque el virus puede permanecer latente, lo que hace prácticamente imposible saber cuándo ocurrió el contagio.

Los tipos de virus de bajo riesgo pueden causar lesiones benignas, como las verrugas genitales o condilomas, los de alto riesgo pueden causar lesiones premalignas, como la displasia cervical o malignas, como el cáncer cervicouterino.

Se dice que toda aquella persona que tenga relaciones sexuales ha estado expuesto al VPH en algún momento de su vida, ya que en la mayoría de los casos la infección desaparece al cabo de dos años, sin que la persona sepa que la tuvo. La mayoría de estas infecciones son transitorias, ya que el sistema inmune es capaz de eliminarlas.

De acuerdo con investigaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Nacional de Cancerología (INCan), más del 70% de las mujeres sexualmente activas adquieren alguna de las variedades de VPH, en un momento de su vida.

VPH y verrugas genitales

Aunque algunos tipos de VPH pueden causar alteraciones menores en el área afectada, otras como los tipos 6 y 11 causan el 90% de las verrugas genitales; estas pueden manifestarse de muchas maneras: pueden ser una o varias, ser planas o abultadas, grandes o chicas, pero coloquialmente se describen como una coliflor pequeña que aparece en el ano, el cuello del útero, el escroto, el pene, la ingle o el muslo. Las verrugas causadas por VPH no suelen provocar cáncer, y en ocasiones desaparecen solas, pero en otras es necesario dar un tratamiento médico.

VPH y cáncer

En algunos casos, la infección por ciertas variedades de VPH puede alterar las células del cuello del útero, causando lesiones llamadas displasias cervicales, que pueden derivar en cáncer. Se han identificado alrededor de 12 variedades de VPH de alto riesgo, entre los que se encuentran los tipos 16 y 18, responsables de la mayoría de los casos de cáncer cervicouterino.

El Papanicolau, también llamado citología cervicouterina, es una prueba diagnóstica muy sencilla y eficaz para la detección temprana de alteraciones en las células del cuello del útero, displasias y cáncer. Consiste en la toma de una muestra de células del cuello del útero, para descartar signos de alguna anomalía; simultáneamente se puede realizar una prueba de presencia de los tipos de VPH de alto riesgo, denominada prueba conjunta de VPH y Pap.

En México hay disponibles dos vacunas eficaces y seguras que previenen la infección de VPH, ambas actúan contra los tipos de virus 16 y 18 que causan cáncer, pero sólo la tetravalente previene además contra los tipos 6 y 11 responsables del 90% de las verrugas genitales. En el esquema de vacunación mexicano, la vacuna se aplica de forma gratuita a niñas de quinto grado de primaria o de 11 años, con un margen de 6 meses entre la primera dosis y la segunda.

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