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En los últimos 25 años, la gente se ha vuelto más consciente acerca del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), y aumentan los niños diagnosticados. Sin embargo, es importante no etiquetar a cualquier niño muy activo o distraído con este trastorno. No existe ninguna prueba capaz de diagnosticar de forma específica el TDAH, pero hay criterios diagnósticos que los especialistas utilizan.
El TDAH es una afección crónica, que implica problemas de falta de atención o de distracción, hiperactividad y comportamiento impulsivo.
Es normal que los niños en edad preescolar solamente puedan enfocar su atención por periodos cortos de tiempo, y que les cueste trabajo mantenerse atentos a una sola actividad, además de tener mucha energía. Incluso niños más grandes y adolescentes tienen dificultad para mantener la atención durante el día y algunos son muy inquietos. Nunca hay que etiquetar a un niño como TDAH solamente porque es diferente a sus hermanos o amigos.
Algunas distinciones fundamentales entre los comportamientos infantiles normales y los que corresponden a este trastorno son que los síntomas del TDAH perturban mucho, y de forma constante, la vida diaria y las relaciones interpersonales. Además, los niños con TDAH manifiestan los síntomas en todos los entornos de su vida, la escuela, la casa, con los abuelos o de paseo, y no solamente en un entorno, es decir que se manifiestan únicamente en la escuela o la casa, sino en todos los ámbitos de su vida.
Los niños con padres o hermanos con TDAH están en mayor riesgo de presentar el trastorno que aquellos sin antecedentes familiares. Los niños nacidos prematuramente también tienden a presentar el TDAH con mayor frecuencia que otros niños.
Si el niño se distrae fácilmente y a menudo, si está constantemente en movimiento, si pone en riesgo su seguridad por actuar de forma impulsiva y perturba la vida diaria de quienes le rodean, sería recomendable realizar una evaluación por parte de un especialista, quien aplicará los criterios y las pautas establecidas para realizar, y si es necesario, ofrecer las opciones de tratamiento adecuadas para su caso específico.
