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¿Qué hacer con las mentiras de los niños?

No todas son negativas: algunas marcan el principio de autonomía de los niños.

Toda mentira infantil expresa en el fondo un anhelo.

Hay que estar atentos cuando se pasa a las mentiras sistemáticas: pueden esconder un trastorno emocional profundo.


Las mentiras infantiles, por obvias razones, causan inquietud e incluso malestar en los padres de familia. No obstante, pueden considerarse como un proceso normal en el desarrollo de los niños, el cual es relevante, porque es el principio de su autonomía. Se presenta por primera vez entre los dos y cuatro años, y es precisamente durante esta etapa cuando debemos determinar los propósitos y funciones que tienen las mentiras infantiles e interpretar sus verdaderos significados.

Algunos ejemplos en que se manifiestan las mentiras de los niños, cuyo significado se presenta de manera implícita, son:

✔ Oposición al mandato de sus padres por un acto normal de rebeldía: “ya comí o no me dejaron tarea”, cuando es falso.

✔No acatar las reglas de las figuras de autoridad: “yo no empuje al niño, se cayó solo”, “yo no metí el dedo al pastel”, etcétera.

✔ Cuando no aceptan una propuesta de un adulto porque empiezan a formar su propia visión del mundo: “no quiero comer chocolate”, cuando todos saben que es su postre favorito.

✔ Por represión o no sentirse avergonzado: “no rompí la porcelana de la mesa”.

✔ Para proteger la privacidad. Cuando a un niño le molestan sus compañeros de escuela y miente al afirmar que se lleva bien con esos compañeros. Es respetable cuando se dicen unas cuantas veces, pero cuando se vuelven una situación sistemática, lo más probable es que se esté presentando el acoso escolar. Aquí hay que romper con las mentiras y tomar cartas en el asunto de inmediato.

✔ Los niños también mienten cuando no quieren que su mundo se resquebraje, es decir, si tienen un padre o una madre que los maltrata dirán que papá o mamá los quiere y los cuida, aunque en realidad sea todo lo contrario.

✔ En el juego ellos dicen mentiras que no lo son, son fantasías cuyo objeto es satisfacer un deseo irrealizable: “mi padre tiene un auto nuevo”, “voy a tener una fiesta en un salón de fiesta”, “nos fuimos de vacaciones a la playa”, cuando la realidad es totalmente distinta.

✔ Cuando los niños mienten sistemáticamente existe una patología que incluso atañe a toda la dinámica familiar. Lo ideal es pedir ayuda de un profesional de la psicología infantil, el cual, tras una terapia psicológica de juego, puede diagnosticar el origen de la mitomanía infantil en particular y, por ende, resolver el problema de raíz.

✔ La mitomanía infantil es grave porque en el fondo se está ocultando una carencia afectiva o incluso un evento de Bullying, maltrato familiar y, en casos más extremos, incluso abuso infantil, por lo que es indispensable intervenir de inmediato para determinar el fondo de la situación.


ACERCA DE CEEPI

Somos un grupo de especialistas en el área de la psicología infantil que tenemos como principio el cuidado de la salud mental de los niños y de los adolescentes. CREEMOS EN LA FELICIDAD INFANTIL y, con base en ello, estamos convencidos de que podemos retomar la esencia de la infancia: Ser niño debe ser un sinónimo de felicidad, juego, ilusión, curiosidad e inocencia.

Artículo proporcionado por El Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI)

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