La psoriasis es una enfermedad autoinmune crónica que hace que las células de la piel se multipliquen hasta mucho más rápido de lo normal. Esto resulta en parches gruesos y escamosos de piel, generalmente en codos, rodillas, cuero cabelludo y espalda.
La psoriasis no es una enfermedad contagiosa ni tiene cura, pero existen tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas. Se desconoce la causa exacta de la psoriasis, pero se cree que es una combinación de factores genéticos y ambientales y puede desencadenarse por el estrés, las infecciones y ciertos medicamentos.
El síntoma más común de la psoriasis son las manchas gruesas y escamosas en la piel, que se enrojecen y pican o incluso pueden sangrar si se rascan. También se puede manifestar con ardor en la piel, dolor en las articulaciones o cambios en las uñas.
Aunque la psoriasis no tiene cura, los tratamientos están orientados a controlar los síntomas. Algunos tratamientos se realizan con:
-Medicamentos tópicos, como los corticosteroides, los análogos de la vitamina D y los inhibidores de la calcineurina, que se aplican en la piel para reducir la inflamación y la descamación.
-Fototerapia, que consiste en exponer la piel a la luz ultravioleta (UV), lo que puede desacelerar el crecimiento de las células cutáneas y reducir la inflamación.
-Medicamentos sistémicos: Los medicamentos sistémicos, como el metotrexato, la ciclosporina y los biológicos, inhiben el sistema inmune y reducen la inflamación.
Además, es importante hidratar la piel con regularidad, bañarse con agua templada y no rascaste las lesiones. El estrés puede desencadenar brotes de psoriasis, por lo que es importante encontrar formas saludables de manejo del estrés como el ejercicio, el yoga y la meditación.