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Obesidad con morbilidad

Para conocer el grado de obesidad de una persona, se utiliza el Índice de Masa Corporal (IMC), que puede ser calculado dividiendo el peso del paciente entre el cuadrado de su estatura. A partir de este cálculo se puede definir si una persona tiene sobrepeso o obesidad. El IMC ideal de una persona está alrededor de 22 y cuando es mayor se puede considerar que hay sobrepeso. La obesidad mórbida a la que nos referiremos se determina cuando el IMC es mayor de 40.

Pueden ser muchos los factores que den origen a la obesidad, entre los que podemos contar una marcada predisposición genética, malos hábitos alimenticios, vida sedentaria y hasta problemas metabólicos u hormonales.

La obesidad mórbida es una enfermedad crónica grave y que afecta no sólo el área psicológica, social o sexual, la salud se ve deteriorada significativamente. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) algunas de las graves consecuencias que la obesidad acarrea son:

Enfermedades cardiovasculares (principalmente cardiopatía y accidente cerebrovascular), que en 2008 fueron la causa principal de defunción.
Diabetes.
Trastornos del aparato locomotor (en especial la osteoartritis, una enfermedad degenerativa de las articulaciones muy discapacitante).
Algunos cánceres (del endometrio, la mama y el colon).

Ante la obesidad, y en particular cuando es mórbida, es recomendable acudir a un especialista que nos pueda orientar acerca de las opciones o tratamientos que podemos seguir. Igualmente es importante señalar que no es recomendable hacer dietas extremas o tomar “lo que le recomendaron a otros”, porque lo único que vamos a conseguir es sentirnos frustrados, además de dañar más nuestro organismo.

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