Según un estudio, publicado en línea en Journals of Gerontology: Social Sciences y elaborado por Shannon Shen, graduada de la Universidad Estatal de Michigan, los hombres que tienen matrimonios ríspidos o conflictivos, con esposas controladoras, tienen menos riesgos de presentar diabetes, la presentan más tarde o tienen mejores resultados con el tratamiento para esta enfermedad.
El estudio, en que también colaboró Linda Waite, profesora de la Universidad de Chicago, parece indicar que las esposas regañonas controlan de mejor manera las actitudes de sus maridos en torno al cuidado de la salud, particularmente si estos tienen mala salud o son diabéticos. Aunque esto puede mejorar la salud del marido, también puede considerarse molesto y provocar hostilidad y malestar emocional.
"El estudio desafía la creencia popular de que un matrimonio hostil siempre es perjudicial para la salud", dijo Hui Liu, profesor asociado de sociología de la MSU e investigador principal de la investigación financiada por el gobierno de los Estados Unidos. "También anima a los estudiosos de la familia a distinguir diferentes tipos de calidad marital. A veces, regañar es cuidar".
El estudio se realizó analizando los resultados de la encuesta de 1,228 personas casadas, durante cinco años. Al inicio del estudio, los encuestados tenían entre 57 y 85 años; 389 tenían diabetes al final del estudio. La diabetes requiere un control frecuente, que las esposas podrían estar provocando con sus regaños, lo que favorecería la salud del hombre, pero también aumentaría la tensión marital con el tiempo.
Sin embargo, en el caso de las mujeres, un buen matrimonio estaba relacionado con un menor riesgo de ser diabética cinco años después. Según Liu, las mujeres pueden ser más sensibles que los hombres a la calidad de la relación y, por tanto, es más probable que una relación de calidad mejore su salud.
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