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Huesos fuertes y resistentes, una cuestión de equilibrio

Hemos crecido con una idea errónea acerca de cómo mantener nuestros huesos fuertes y sanos. Hoy en día millones de personas en todo el mundo tienen osteoporosis; 40% de las mujeres y 13% de los hombres tienen altas probabilidades de sufrir una fractura a partir de los 50 años, y más de 1.3 millones de fracturas anuales están vinculadas a la osteoporosis.

Aumentar el consumo de calcio, especialmente de los productos lácteos, es la recomendación que más escuchamos para reducir el riesgo, sin embargo, según estudios y estadísticas, en los últimos 50 años la incidencia de fracturas de cadera ha aumentado considerablemente en todo el mundo y estas se dan principalmente en las regiones que tienen un mayor consumo de productos lácteos, como Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, y Europa continental, y prácticamente no se dan en lugares como África y China, donde el consumo de lácteos es mínimo.

Un estudio de la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos, estudió a 78,000 enfermeras durante más de 12 años, encontrando que aquellas que beben dos o más vasos de leche al día no reducen el riesgo de fractura de cadera, en comparación con las que beben un vaso a la semana o menos.

Nuestros huesos se componen de sales de fosfato de calcio, que ayuda a la dureza y fortaleza, sin embargo, esto es un 65%; el otro 35% es una matriz de colágeno que crea flexibilidad. Si quitáramos todo el calcio, dejando solo el colágeno, los huesos se doblarían sin romperse, sin embargo, no tendríamos fuerza ni soporte; pero si quitáramos el colágeno, lo único que queda son las sales de calcio, y al tener los huesos tan duros, sin flexibilidad, se romperían con la mínima presión.

Nuestros cuerpos no necesitan sólo de calcio para tener una buena salud ósea, necesitan muchos nutrientes que trabajan juntos, como magnesio, fósforo, boro, cobre, manganeso y zinc, además de las vitaminas C, D, K, B6 y ácido fólico. También necesitamos proteínas para construir el colágeno, y grasas saludables para la absorción de la vitamina D y la protección contra los radicales libres que destruyen el hueso.

Algunas sugerencias para fortalecer nuestros huesos y lograr un equilibrio entre la dureza y la flexibilidad:

• Come verduras, especialmente de hoja verde.

• Come semillas de girasol y de calabaza, que aportan minerales y grasas naturales.

• Elije granos enteros e integrales para obtener fibra.

• Consume frijoles y alimentos de origen animal, como fuente de proteína.

• Opta por aceites de oliva extra vírgenes, linaza y ajonjolí sin refinar, para los ácidos grasos esenciales.

• Haz ejercicio por lo menos 30 minutos todos los días.

• Evita los azúcares refinados y harinas blancas.

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