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El Papanicolau te puede salvar la vida


El Papanicolau, también llamado citología cervicouterina, es una prueba diagnóstica muy sencilla y eficaz para la detección temprana del cáncer cervicouterino u otras alteraciones de las células del cuello del útero. Esta prueba fue desarrollada por el médico griego Georgios N. Papanicolaou, de ahí su nombre.

El cuello o cérvix del útero es la parte más baja del útero, y se ubica en la parte superior de la vagina. En el cérvix hay un canal estrecho que conecta al útero con la vagina; por este canal entran los espermatozoides al útero durante una relación sexual, en busca de fertilizar un óvulo, y también por ahí sale el sangrado menstrual.

Aunque no hay una edad establecida para comenzar con esta prueba diagnóstica, lo más recomendable es realizarla una vez al año, a partir de que se comienza con la vida sexual activa.


La prueba de Papanicolau consiste en la toma de una muestra de células del cuello del útero, para buscar signos de alguna anomalía. Para ello, el ginecólogo introduce en la vagina un instrumento llamado espéculo, que le ayudará a ensancharla para ver el cérvix, y con un hisopo o cepillo especial se hace un raspado, que será la muestra de células que se enviarán al laboratorio para su análisis.

Este procedimiento es muy sencillo y poco invasivo. En el momento puede ser un poco molesto, pero no doloroso, y los beneficios que ofrece son enormes, ya que permite la detección precoz de células que pueden desarrollarse en un cáncer, en una etapa donde es perfectamente curable.

El Papanicolau se realiza habitualmente durante la consulta ginecológica anual que todas las mujeres que han comenzado su vida sexual deben programar. Se solicita a las pacientes acudir cuando no tengan la menstruación, no haber usado cremas anticonceptivas, lubricantes, medicamentos o duchas vaginales durante los 3 días previos.


Los resultados del Papanicolau suelen estar listos en menos de 2 semanas, y si han resultado negativos, usualmente no se comunicarán con la paciente. Si, por el contrario, el Papanicolau arrojó un resultado positivo, el médico se pondrá en contacto con la paciente para que se realice otros estudios, como una colposcopía o una biopsia cervical, y para programar una cita para discutir sus opciones, según sea el caso. El resultado positivo puede ir desde células anormales que por sí solas desaparecerán, pasando por una serie de anomalías, hasta un cáncer cérvico-uterino ya avanzado, por lo que hacerse esta sencilla prueba una vez al año es un recurso extraordinario para detectar el cáncer en etapas tempranas, que como sabemos tiene enormes posibilidades de ser curado.

Algunas lesiones y cánceres cervicouterinos son resultado de la infección por virus del papiloma humano (VPH), que es una enfermedad de transmisión sexual que no da síntomas hasta muchos años después del contagio. Afortunadamente, en la actualidad existe una vacuna disponible para prevenir los tipos que causan algunos de estos cánceres. En México, la Secretaría de Salud aplica esta vacuna, que se administra en dos dosis, a niñas de quinto año de primaria.

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