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Desarrollo motriz; la marcha

Al nacer, un bebé saludable tiene una serie de reflejos que se desarrollaron a través de la evolución del ser humano y tienen el objetivo de garantizar su sobrevivencia. Uno de estos es el “reflejo de marcha”. Esto lo suele comprobar el médico en su primera revisión sosteniendo al bebé por debajo de sus axilas y apoyando ligeramente sus piececitos sobre una superficie dura; moverá las piernas de modo que parece que está dando pasos; el “reflejo de marcha” desaparece alrededor de los dos meses.

El bebé va adquiriendo a lo largo de sus primeros meses cada vez mayor control sobre su cuerpo y sus movimientos. Poco a poco empieza a sostener la cabeza, luego a girar el cuello. Un poco más tarde consigue controlar lo que hace con manos y brazos. Se sienta, y al final del primer año ya empieza a gatear y a sostenerse sobre las piernas y finalmente dará sus primeros pasos. El conjunto de habilidades que adquiere día con día se denomina desarrollo psicomotriz y es un signo de salud y de la adecuada maduración de su cerebro y su cuerpo.

Para sostenerse en pie y luego comenzar a caminar sus músculos se han fortalecido y su coordinación se fue afinando durante los meses anteriores. Inicialmente aprendió a girar, después a sentarse, a gatear y a sostenerse en pie, hasta que da ese primero de miles de pasos que dará durante su vida. Cada bebé comienza a caminar a su tiempo, según su grado de madurez, su coordinación, su arrojo y su interés en hacerlo, pero como regla general un bebé sano caminará entre los 10 y los 18 meses.

La falta de estimulación puede retrasar el proceso, así que podemos ayudarlos, pero sin presionarlos. Para empezar, es necesario despejar la habitación, quitar todos los obstáculos, como mesas y sillas, dejar sólo los muebles necesarios para su apoyo. Es preferible que haya alfombra o un piso suave, ya que de esta manera se amortiguará algún golpe en caso de caídas y se animará a volver a intentarlo. En lugar de sostenerlo en pie, es recomendable sentarlo en el suelo para que explore sus movimientos y poco a poco adquiera seguridad. Entonces se coloca un juguete a unos metros del pequeño, a cierta altura, para motivarlo a que pase del gateo a dar sus primeros pasos.

En un inicio su andar puede ser torpe e inestable. Incluso después de unos pasitos tal vez decida que la experiencia es demasiado intensa y prefiera sentarse para volver a gatear. Sin embargo, en poco tiempo adquirirá la seguridad y el arrojo, y en menos de un mes estará caminando como un experto, con soltura y coordinación.

Cuando tu bebé comience a caminar es muy importante tomar ciertas medidas de seguridad para evitar que suceda un accidente, por ejemplo, retirar del alcance de su mano todo aquello que pueda romper o que lo pueda lastimar de alguna forma. También es recomendable mantener el piso limpio y libre de cosas con las que pudiera tropezar. Nunca se debe dejar al bebé sin supervisión en esta etapa.

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