La artrosis, también conocida como osteoartritis, es una enfermedad degenerativa, inflamatoria y crónica, que provoca dolor y rigidez en las articulaciones. También puede manifestarse con síntomas como hinchazón, sensibilidad o chasquidos o sensación chirriante al mover la articulación afectada.
El cartílago es un tejido firme y resbaladizo que permite el movimiento de las articulaciones sin que haya fricción entre los huesos. La artrosis se presenta debido a la pérdida y el desgaste del cartílago, que sucede con el paso de los años y suele aparecer después de cumplidos los 40. Al paso del tiempo pueden desarrollarse crecimientos óseos, y la zona puede enrojecerse e hincharse.
La artrosis no debe confundirse con la artritis, que es una inflamación de las articulaciones asociada a enfermedades autoinmunes o a infecciones, y que tiene una sintomatología diferente.
La gravedad de la artrosis varía según cada caso; hay quienes presentan síntomas leves o que estos van y vienen, pero otras personas pueden experimentar las molestias de manera continua y se les dificultan las actividades cotidianas.
Casi todas las articulaciones pueden verse afectadas por la artrosis, pero generalmente causa molestias en las rodillas, la cadera, las pequeñas articulaciones de las manos, el cuello y la espalda baja.
Al ser una enfermedad crónica, la artrosis no es curable y puede empeorar con el tiempo, por lo que algunas medidas que pueden ayudar a frenar su avance son:
- Hacer ejercicio regularmente
- Mantener un peso saludable
- Utilizar calzado adecuado
Si los síntomas son más graves, será necesario acudir con un especialista, quien podrá ofrecer un tratamiento con medicamentos y un plan de ejercicios con un fisioterapeuta.
