La fluoxetina, lanzada al mercado hace casi 35 años con el nombre comercial de Prozac, cambió radicalmente la forma de abordar la depresión, pero no es el único antidepresivo que existe.
Los antidepresivos son un tipo de medicamento utilizado para tratar la depresión clínica, aunque también es frecuentemente utilizado para tratar otras condiciones, como trastorno obsesivo compulsivo (TOC), trastorno de ansiedad generalizada o trastorno de estrés postraumático.
No se sabe exactamente cómo actúan los antidepresivos; se cree que aumentando los niveles de unas sustancias químicas del cerebro llamadas neurotransmisores, como la serotonina y la noradrenalina, que están relacionadas con el estado de ánimo y las emociones.
Aunque los antidepresivos pueden tratar los síntomas de la depresión, no siempre abordan sus causas. Por eso suelen utilizarse en combinación con psicoterapia para tratar la depresión más grave u otros trastornos mentales.
Los medicamentos antidepresivos pueden ser útiles para las personas con depresión moderada o grave, y los especialistas no suelen recomendarlos para depresión leve, a menos que otros tratamientos, como la psicoterapia, no hayan funcionado.
Los antidepresivos suelen tener que tomarse durante una o dos semanas, antes de que se empiecen a notar los beneficios. El tratamiento suele durar al menos 6 meses, sin embargo, algunas personas con depresión requieren utilizarlos indefinidamente.
Los efectos secundarios más comunes de los antidepresivos suelen ser leves y debieran desaparecer en pocos días o semanas, conforme el cuerpo se acostumbra al medicamento.
La depresión es una condición que debe ser diagnosticada por un médico especialista en salud mental. La depresión no es signo de debilidad, ni se supera echándole ganas. Solo un profesional de la salud mental puede diagnosticar depresión y ofrecer el tratamiento adecuado para cada caso particular. Los antidepresivos son medicamentos delicados, y deben ser utilizados bajo estricto control médico.
