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Abuso de cocaína y envejecimiento cerebral

Nuestro cerebro experimenta muchos cambios a medida que envejecemos, sin embargo, un nuevo estudio ha descubierto que en las personas que abusan del consumo de cocaína esos cambios pueden acumularse a un ritmo acelerado, esto según una publicación del portal sciencealert.com

La cocaína es una de las sustancias más adictivas que se conocen. Interfiere en las vías de recompensa del cerebro, obligando a sus células a seguir emitiendo señales placenteras hasta que desaparece el efecto de la droga. Según estimaciones estadounidenses, una de cada cinco personas que consumen cocaína acaba desarrollando una adicción.

Se cree que el área 9 de Brodmann o BA9 (la parte frontal del cerebro que se sitúa detrás de la frente) es importante para la autoconciencia y el control inhibitorio, dos aspectos que se confunden en los trastornos por consumo de sustancias.

Gran parte de lo que sabemos sobre los efectos de la cocaína en las células cerebrales procede de estudios con ratones. Pocas investigaciones han examinado los efectos duraderos de la cocaína en el tejido cerebral humano, aunque dos estudios realizados hasta la fecha han detectado regiones del ADN que muestran una metilación excesiva en los cerebros de personas con adicción a la cocaína. La metilación del ADN se considera uno de los distintivos moleculares del envejecimiento.

Este nuevo estudio sobre tejidos cerebrales humanos recuperados post mórtem volvió a constatar lo mismo: en el BA9, los consumidores de cocaína tenían secciones de ADN festoneadas de grupos metilo, cambios químicos que se ha comprobado que se acumulan con la edad y en enfermedades relacionadas con ella.

Sabiendo cómo se adhieren los grupos metilo al ADN al paso del tiempo, la metilación del ADN puede utilizarse como un "reloj epigenético" para saber si los tejidos envejecen más rápido o más despacio, en comparación con su edad cronológica prevista.

Los investigadores reconocen que su estudio fue pequeño y que se requiere más investigación, quizá para ver qué cambios moleculares acumula el cerebro con el tiempo y el consumo continuado de drogas.

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