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El perro, más que un amigo


El perro, más que un amigo

El perro ha sido compañero y amigo del hombre por más de 10,000 años. Los seres humanos y los perros hemos evolucionado juntos a través de la historia, como si un lazo indestructible nos uniera en un destino común. Su mirada anhelante cuando llegamos a casa, su actitud de devoción e interés constante de acompañarnos y ayudarnos es invaluable.

El uso de perros entrenados en la búsqueda de personas desaparecidas y sepultadas es, desde hace años, una herramienta utilizada de forma habitual por los equipos de rescate. Estos nobles animales han demostrado eficacia y rapidez sin igual en esta tarea, y las experiencias de localización de personas entre los escombros han sido extraordinarias y alentadoras. La utilización de las capacidades caninas en estas tareas no es reciente. Hace muchos años que es habitual su uso en casos de avalanchas de nieve, y durante la II Guerra Mundial ya existían unidades especiales para buscar a personas vivas, debajo de los escombros de los edificios derrumbados por efectos de la guerra. Estas unidades formaban parte de los cuerpos policiales y del ejército.

La búsqueda canina de personas vivas o muertas es mucho más efectiva que otros sistemas de localización, no solo por su capacidad olfativa y para discriminar sonidos, sino por su velocidad, su intuición y su entrega.

Para entrenar a un perro de rescate no es importante la raza, sino algunas características físicas y psicológicas que deben reunir para realizar estas tareas, por ejemplo, el equilibrio, la combatividad, un elevado instinto de caza-presa, la agilidad de movimientos, la carencia de inseguridades y una magnífica compenetración con su guía. Además, por lo general, físicamente no deben ser demasiado voluminosos, ni tener el pelo demasiado largo, y poseer una adecuada forma física. Los perros, además de darnos compañía, amistad, protección, fidelidad y nobleza incondicionales, cuando están entrenados adecuadamente, pueden ser los ojos de un invidente, los brazos o piernas de una persona en silla de ruedas, la terapia de amor y juego para un niño con discapacidad mental o parálisis cerebral, … e incluso pueden salvarnos la vida, aun arriesgando la suya.

Los perros nos dan a los seres humanos asombrosas lecciones de amor, fidelidad y dignidad. No los maltrates… cuídalos. Ya lo dijo el libertador y pacifista hindú Mahatma Gandhi: “La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la manera en que ellos tratan a sus animales”.