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Trasplante de Hígado


Los trasplantes de hígado han transformado el panorama del tratamiento de las enfermedades hepáticas, ofreciendo una esperanza a quienes se enfrentan a una insuficiencia hepática terminal. Sin embargo, este procedimiento fue posible hasta la década de los 80 del siglo XX, en que mejores técnicas quirúrgicas y de inmunosupresión fueron implementadas. Y en la actualidad, la tasa de éxito de los trasplantes de hígado es bastante elevada, con una supervivencia a un año después del procedimiento de alrededor del 80%.

Los trasplantes de hígado son un procedimiento médico crítico que salva vidas y que ha revolucionado el tratamiento de las enfermedades hepáticas en fase terminal.

Las enfermedades hepáticas en fase terminal a menudo son causadas por afecciones crónicas del hígado como la cirrosis, la hepatitis o el cáncer de hígado, y pueden provocar insuficiencia hepática, lo que supone una amenaza importante para la vida del paciente.


En estos casos, el trasplante de hígado se convierte en la única opción viable para prolongar la vida y mejorar la calidad de vida del paciente. En México las enfermedades hepáticas se encuentran entre las 10 principales causas de muerte.

La mayoría de los trasplantes se realizan con donante fallecido, pero en algunos casos se puede realizar un trasplante de parte del hígado de un donante vivo. Esto es posible debido a que el hígado es un órgano que se regenera y puede volver a su tamaño normal si se extirpa parte del él.

Después de una evaluación exhaustiva y garantizar que el paciente está física y mentalmente preparado para la intervención y los cuidados posteriores al trasplante, y cuando se dispone de un hígado de donante adecuado, tiene lugar la cirugía de trasplante. El equipo quirúrgico extirpa el hígado enfermo y lo sustituye por el hígado sano del donante. El éxito del trasplante depende de la destreza del equipo quirúrgico, la compatibilidad del órgano donado y los cuidados postoperatorios proporcionados al paciente.


Después del trasplante, el paciente suele experimentar una mejora de sus niveles de energía, de su estado general de salud y de su capacidad para realizar actividades que antes les resultaban imposibles.

A pesar del potencial que tienen los trasplantes de hígado para salvar vidas, existen importantes retos asociados al procedimiento. La escasez de órganos, el riesgo de rechazo y la necesidad de medicación inmunosupresora de por vida son sólo algunos de los obstáculos a los que se enfrentan pacientes y profesionales de la salud.

Sin embargo, la investigación y los avances tecnológicos siguen abordando estos retos. El desarrollo de mejores medicamentos inmunosupresores, el avance de las técnicas quirúrgicas y la exploración de fuentes alternativas de órganos de donantes, como los trasplantes de donantes vivos y los xenotrasplantes, ofrecen esperanzas de superar los obstáculos asociados.

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