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Rumbo a un Covid-19 endémico

La pandemia de Covid-19 ha parecido interminable, pero la realidad es que las vacunas y la aparición de la variante Ómicron han acelerado la inmunidad de la población mundial. Los expertos se manifiestan optimistas en que pronto la infección por SARS-Cov2, que nos ha puesto en jaque durante más de dos años, pronto se convierta en una enfermedad endémica, terminando con el estado de emergencia sanitaria.

Hace más de dos años, en Wuhan, una ciudad china, se reportó el brote de una enfermedad infecciosa desconocida, con síntomas respiratorios. Inicialmente todos los seres humanos del mundo éramos muy vulnerables, pues nuestro sistema inmune no había tenido nunca contacto con este virus. En pocas semanas se habló de una epidemia.

Epidemia: Cuando una enfermedad se propaga rápida y activamente, por lo que el número de casos se incrementa a ritmo acelerado, sin embargo, la propagación está limitada a una o algunas áreas geográficas específicas.

La enorme movilidad de los seres humanos actualmente, y la alta capacidad de contagio del Sars-Cov2, se sumó al hecho de que el sistema inmune de los humanos no había tenido contacto con el virus, lo que provocó que la enfermedad se extendiera alrededor del globo. Para marzo de 2020, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), declaraba el estado de pandemia.

Pandemia: Cuando una epidemia se ha extendido por varios países y continentes, además de que afecta a un gran número de personas.

Entonces se desató el caos a nivel internacional. Los científicos y especialistas no sabían cómo detener a este virus, desconocían cómo sucede el contagio, no contaban con medicamentos para tratar la enfermedad. También ignoraban por qué algunas personas enfermaban gravemente, e incluso morían, mientras que otras no manifestaban ningún síntoma; se barajaron muchas ideas, el tipo de sangre, el origen étnico, los hábitos más curiosos...

Algunas de las medidas sanitarias, que se tomaron a ciegas en los diferentes países, resultaron acertadas, y otras fueron incluso contraproducentes. Surgieron al por mayor los remedios alternativos y las teorías conspirativas alcanzaron niveles ridículos. A nivel personal y familiar las cosas también cambiaron; la gente empezó a desnudarse al llegar a su casa para bañarse inmediatamente, a limpiar las compras con cloro, a quitarse los zapatos o pasar por un “tapete sanitizante”; todas medidas que, hemos descubierto, resultaban inútiles. Sin embargo, el uso del cubrebocas y la ventilación de los espacios cerrados resultaron ser medidas efectivas para evitar el contagio.

Paralelamente, los científicos avanzaron poco a poco en la comprensión de este virus, la enfermedad que provoca y los posibles tratamientos que pueden ayudar a salir adelante. Y finalmente las vacunas surgieron. Los seres humanos vacunados y/o que han enfermado de Covid-19 poseen un sistema inmunológico que conoce cómo combatir al SARS-Cov2 sin perder la batalla. La esperanza global es transitar a que el Covid-19 se convierta en una endemia.

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