Por Bibiana Cadena
Definir la felicidad ha sido toda una misión a través de la historia, desde los grandes filósofos hasta los grandes psicólogos; lo que es verdad es que todos coinciden en que la felicidad es un estado de plenitud del ser humano.
La felicidad es un concepto subjetivo y relativo; lo que es felicidad para una persona no necesariamente lo es para otra.
Estamos de acuerdo en que la felicidad es la sensación de bienestar y realización que experimentamos cuando alcanzamos nuestras metas, deseos y propósitos; es un momento duradero de satisfacción. Es importante la realización personal para alcanzarla, y la realización personal también varía según cada individuo.
Físicamente, ¿Qué sucede cuando estamos felices? El cuerpo humano produce hormonas y, en este caso, las llamadas endorfinas.
Las endorfinas son sustancias producidas por nuestro cerebro. Estas sustancias son conocidas también como opiáceos endógenos, debido a que su composición química y su actuación son muy semejantes a las de los derivados del opio, como la heroína y la morfina, sólo que no tienen sus efectos negativos.
La duración de los efectos de estas hormonas es muy corta, por ser eliminadas por enzimas que produce el organismo.
La síntesis de endorfinas se da principalmente en la hipófisis o glándula pineal, que regula el equilibrio del organismo, participando en procesos tan relevantes como el crecimiento y desarrollo madurativo, la sexualidad y el metabolismo.
Algunas funciones de las endorfinas son:
✔ Producción de felicidad. Su actuación más conocida tiene que ver con las sensaciones de placer.
✔ Inhibición del dolor físico. Cuando nos damos un golpe, los tejidos del organismo emiten señales a los receptores del dolor que poseen. Cuando llegan al cerebro estas señales, la hipófisis responde liberando de manera casi inmediata endorfinas y el dolor se amortigua.
✔ Inhibición del dolor psico-emocional. Las endorfinas actúan del mismo modo ante el sufrimiento psicológico, a como lo hacen con el producido ante sucesos vitales dolorosos, traumas, estrés o ansiedad. Cuando nos dan una mala noticia, es frecuente que la respuesta inicial parezca no tener un efecto inmediato.
✔ Memoria y atención. Se ha comprobado que, en la medida en la que el bienestar aumenta facilitan y estimulan la memoria y la atención.
✔ Influencia en sistema inmune. La liberación de endorfinas produce un fortalecimiento de este sistema, al mejorar la situación emocional y permitir el afrontamiento de situaciones dolorosas.
✔ Influencia en la sexualidad. Favorecen el deseo, facilitan la vinculación romántica entre los miembros de la pareja, al provocar sensaciones de felicidad y bienestar.
Es importante saber qué situaciones son disparadoras de las tan benéficas endorfinas. Una de ellas es la risa. Existen estudios que demuestran que el hecho de reírse sinceramente produce endorfinas. Bromear y el sentido del humor pueden ayudarnos, tanto a nosotros mismos como a otros, a mejorar nuestro estado de ánimo y hacernos más felices. Probablemente por esta causa México es considerado como uno de los países más felices del mundo.
Por otro lado, dormir también produce endorfinas, cuando se alcanza un profundo estado de sueño y se descansa. Como ya lo mencionamos, tener relaciones sexuales produce esta hormona. Comer ciertos alimentos también ayuda a la producción de endorfinas, por ejemplo: el chocolate; hay estudios que indican que comer chocolate aleja la depresión y produce euforia, aumentando los niveles de felicidad y energía positiva. En el siglo XVIII a las monjas les tenían prohibido consumir chocolate, por lo estimulante del deseo y placer sexual. Otra manera de producir esta hormona es hacer ejercicio, también al bailar se activa y se provoca una sensación gratificante. La música representa un gran estimulante de endorfinas. Ver videos sobre naturaleza también ayuda, ya que el cerebro proyecta vibras tipo beta cuando estamos estresados, y la naturaleza vibra en alfa. Cuando estamos en contacto con la naturaleza, el cerebro proyecta las vibras alfa por lo que nos relajamos.
Con la actual pandemia vivimos una crisis nueva para todos, situación marcadamente estresante, es un estímulo amenazante y genera una sensación de miedo, incertidumbre, inseguridad, frustración y rabia, provoca sensaciones de pérdida de seguridad, de control y de libertad. Ataca al sistema nervioso que provoca ansiedad, al sentido endocrino que con el estrés sube la cortisona y baja la endorfina, produciendo un cambio en el estado de ánimo, generando depresión y también ataca al sistema inmunológico debilitando las defensas. Ahora sabemos que podemos recrear situaciones que disparen en nuestro cuerpo estos estupendos estimulantes: las endorfinas, con el fin de multiplicar los momentos de bienestar a lo largo del día y hacernos un día feliz, mitigando las presiones, situaciones difíciles y conservando una buena salud.
