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La alimentación del adulto mayor

Conforme aumenta la esperanza de vida, la demografía poblacional cambia. Las proyecciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO) indican que para el 2050 uno de cada cuatro mexicanos será mayor de 60 años. Es entonces que, como sociedad, se hace necesario echar un vistazo a la realidad de nuestros adultos mayores.

Un adulto mayor que no tiene una buena nutrición hace que su calidad de vida se deteriore. Esto es especialmente significativo en nuestro país, donde las principales causas de muerte en individuos mayores de 65 años son la diabetes mellitus, los padecimientos cardiovasculares, pulmonares y el cáncer, enfermedades que tienen estrecha relación con factores dietéticos.

Cuando el cuerpo alcanza la madurez fisiológica, la velocidad de los cambios degenerativos llega a ser mayor que la velocidad de regeneración celular. El envejecimiento se caracteriza por una pérdida de masa corporal magra y cambios en la mayoría de los sistemas corporales. Pero también hay deficiencias frecuentes de vitaminas y nutrimentos inorgánicos, entre los que se encuentran el ácido fólico, el hierro, el zinc, las vitaminas C, D y E.

La composición corporal cambia con la edad; mientras el músculo se ve disminuido, la grasa tiende a aumentar, lo que puede hacer a la persona más propensa a caídas y a cambios del metabolismo. Las caminatas diarias de 30 minutos son ideales para el mantenimiento de la masa muscular en el adulto mayor, además coadyuvan al correcto funcionamiento de órganos y sistemas.

Por otra parte, el deterioro propio de la edad provoca la pérdida sensorial del gusto y el olfato, lo que origina que se prefieran los alimentos muy dulces o el exceso de sal y grasa en los alimentos, lo cual no forma parte de una alimentación saludable.

El estreñimiento causado por una escasa ingesta de fibra, la inactividad física y el insuficiente consumo de líquidos es otro de los padecimientos frecuentes en los adultos mayores.

Una alimentación variada, que incluya el consumo de aceites vegetales presentes en nueces y otros frutos secos proporcionará vitamina E; los cítricos y las verduras de hoja verde ayudarán a la absorción de hierro, además de aportar vitamina C; las leguminosas, como frijoles, lentejas o garbanzos y las carnes magras le aportarán zinc y hierro.

Un adulto mayor que cuida su alimentación, hace ejercicio, toma sus medicamentos y visita al médico con regularidad tiene la oportunidad de vivir de mejor manera sus años dorados.

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