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Dejar de fumar. La adicción al tabaco también es física

Somos muchos los que hemos intentado, sin éxito, dejar el cigarro y comenzar una vida más sana, libre de humo, ceniceros sucios y malos olores. Y es que la adicción al tabaco no es solamente psicológica, sino que también es física.

La nicotina es una sustancia que se encuentra de forma natural en el tabaco y es poderosamente adictiva, tanto como la heroína.

La salud es, sin duda, la razón más importante para dejar de fumar; además de causar cáncer de pulmón, el tabaquismo es también un factor de riesgo para muchos otros tipos de cáncer, como el de la boca, laringe, garganta, esófago, vejiga, riñón, estómago, colon y recto, produce el endurecimiento de las arterias y otros males cardiacos e incrementa el riesgo de padecer enfermedades de pulmón, como enfisema o bronquitis crónica.

El humo de cigarro también puede ser perjudicial para quienes viven con fumadores, especialmente los niños, que, aunque no fuman, respiran en un ambiente contaminado.

Pero si todo esto no es suficiente para pensar seriamente en dejar de fumar, considera que puedes verte liberado de los malos olores, los ceniceros rebosantes, la falta de aliento, la tos matutina, las arrugas prematuras, las manchas en los dientes y las uñas, la necesidad imperiosa de un tabaco al salir del cine o después de viajar en un avión y el gasto absurdo de comprar algo que al final de cuentas vas a quemar.

Para dejar de fumar es necesario dar ciertos pasos: el primero es estar convencido. Aunque no lo parezca, esto es un gran adelanto. También es recomendable hacer conciencia de los momentos en los que fumas solo por costumbre y de qué eventos pueden disparar la necesidad de un cigarro. Es recomendable fijar una fecha y marcarla en un calendario y comunicárselo a tus familiares, colegas y amigos, ya que, con su apoyo, dejar de fumar puede ser una tarea mucho menos difícil.

Hacerlo disminuyendo el número cigarros diarios también es posible, pero aseguran algunos ex fumadores que es mejor cortar de raíz y dejar de fumar de una vez por todas.

Cuando sientas el imperioso deseo de fumar trata de posponer ese cigarro para dentro de 10 minutos, siempre es más sencillo alcanzar metas cortas. También puedes inhalar profundamente, retener el aire algunos segundos y exhalar lentamente, tomar agua a pequeños sorbos. El agua y el oxígeno de la respiración pueden ayudar a desintoxicar el organismo para superar más rápido la dependencia física al tabaco.

Un médico te puede recomendar medicamentos o sustitutos de nicotina que también pueden ser de gran ayuda para dejar el hábito de fumar y liberarte del tabaquismo, pero evita automedicarte.

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