Actualmente se debate acerca de si es necesario el consumo de carne, especialmente roja, para el adecuado aporte de nutrientes y así mantener una buena salud. La realidad es que a través del consumo de carne obtenemos nutrientes, de otra forma, la alimentación debiera ser muy estricta y cuidada. La carne es una fuente inigualable de proteínas de alto valor biológico, fácilmente asimilables por nuestro organismo.
Los niños y adolescentes requieren de alimentos ricos en proteínas para cubrir las necesidades nutricionales en estas etapas de elevado desarrollo muscular, óseo y cognitivo. La carne en la dieta de los menores optimiza su crecimiento, tono muscular y desarrollo cognitivo. Durante el embarazo aumentan las necesidades de proteínas, además algunos minerales, como el zinc que aporta, contribuyen a la síntesis normal del ADN o el hierro, que tiene injerencia en el correcto transporte de oxígeno a las células y la formación de glóbulos rojos y hemoglobina.
La carne aporta además vitaminas como la B12, que es esencial para la formación de glóbulos rojos, funcionamiento del sistema nervioso y del sistema inmunitario. La vitamina B6 contribuye al correcto funcionamiento del metabolismo energético, y ayuda a regular la actividad hormonal. Por su parte, la vitamina B1 tiene injerencia en el funcionamiento normal del corazón, y la B3 contribuye al mantenimiento de la piel y las mucosas, así como al funcionamiento normal del sistema nervioso.
Lograr este aporte de nutrientes esenciales es muy complicado en una dieta vegetariana, y aún más en una dieta vegana, por lo que quienes eligen este estilo de vida, deben tener extremo cuidado en su alimentación cotidiana.