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Cataratas, la primera causa de ceguera en México

Las cataratas son opacidad de la transparencia normal del cristalino, que es el lente interno del ojo. Ver a través de cristalinos opacos es parecido a mirar a través de un vidrio empañado; esta enfermedad de los ojos puede dificultar tareas como leer, manejar y eventualmente limitar la vida diaria de la persona.

La mayoría de las cataratas se desarrollan lentamente y no alteran la vista en etapas tempranas. Sin embargo, con el tiempo, las cataratas terminarán interfiriendo en la visión. A partir de los 40 años las personas comenzamos a perder transparencia del cristalino, debido a que se hacen menos flexibles y más gruesos por el envejecimiento natural y paulatino del ojo. De hecho, la catarata se presenta en el 70% de las personas mayores de 75 años, aunque en diferente grado de severidad.

Las cataratas también se pueden presentar antes, a una edad más temprana, ya sea adquirida de manera congénita, por algún traumatismo o golpe fuerte que afecte las estructuras de los ojos o por uso de corticoides, aunque no sucede de un día para otro.

Los síntomas de cataratas incluyen:

- Visión opaca, borrosa o tenue

- Mayor dificultad para ver de noche

- Sensibilidad a la luz

- Necesidad de más luz para leer y otras actividades

- Visión de “halos” alrededor de las luces

- Ver los colores opacos o deslavados

Las cataratas son la primera causa de ceguera en México, de ahí la importancia de acudir a una revisión oftalmológica oportuna cuando se comienzan a presentar los síntomas, ya que afectan de manera notable la calidad de vida de las personas y su rendimiento en actividades cotidianas.

El tratamiento para las cataratas es un procedimiento quirúrgico. Con técnicas como la facoemulsificación, la más frecuente hoy en día, el procedimiento es menos agresivo y se traumatiza menos. Por ello, la recuperación es prácticamente inmediata. Al retirar el cristalino dañado se reemplaza con un lente intraocular nuevo, previamente medido y graduado.

Lo más recomendable es acudir con el oftalmólogo una vez al año a partir de los 40 años o en caso de síntomas, y estar al tanto de la salud de los ojos, la agudeza del ojo y el campo visual.

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