A partir de los 35 años, los niveles de testosterona en los hombres comienzan a disminuir, y por lo general se comienzan a notar ciertos cambios que apuntan a este descenso después de cumplir los 45. A los 55 años, alrededor del 40% de los hombres notan cambios en su cuerpo, su impulso sexual, la firmeza de su erección, su energía o su estado de ánimo, debido al paulatino descenso de la testosterona en su organismo.
La testosterona es la hormona sexual masculina, que se produce principalmente en los testículos, aunque también, en menor cantidad, en las glándulas suprarrenales y los ovarios femeninos. En los hombres esta hormona interviene, entre muchas otras funciones, en el mantenimiento de la densidad ósea, la masa y fuerza muscular, la distribución de grasa, el vello facial y corporal y por supuesto, el impulso sexual, la erección y la fertilidad.
Al descenso paulatino de los niveles de testosterona y los cambios que esto acarrea se denomina andropausia. La deficiencia de testosterona es un componente importante en la aparición de obesidad abdominal, elevación de triglicéridos y diabetes mellitus.
Como consecuencia de la disminución progresiva de la hormona testosterona, aumentan en el hombre el riesgo de sufrir un paro cardiaco, una embolia y la temida disfunción eréctil. De igual forma, el descenso en los niveles de testosterona está asociado al síndrome metabólico, ocasionado por la resistencia a la insulina, que promueve la obesidad central, hipertensión arterial, intolerancia a la glucosa, niveles elevados de triglicéridos y bajo índice de colesterol HDL “bueno”.
De acuerdo con el Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism, existe una correlación entre peso corporal y la cantidad de testosterona: mientras mayor es el peso, menores son los niveles de la hormona. Asimismo, se estima que un tercio de los hombres con diabetes tipo 2 padecen hipogonadismo o déficit de testosterona, lo que aumenta el riesgo de sufrir un infarto del corazón o un accidente cerebrovascular.
Los hombres, a partir de los 40 años deben estar conscientes de que el descenso de los niveles de testosterona es un proceso natural del cuerpo, pero que las consecuencias pueden ser menores teniendo un estilo de vida saludable, con alimentación balanceada, ejercicio regular, limitando el consumo de alcohol y dejando de fumar.
También es necesario checarse anualmente y consultar al médico en caso de los síntomas mencionados.
