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Alzheimer al volante

Tener un auto y manejarlo otorga una gran independencia y libertad. Sin embargo, si se padece una enfermedad neurodegenerativa, como el Alzheimer, esto puede implicar riesgo para todos.

El deterioro de la enfermedad de Alzheimer sucede de manera progresiva, por lo que aun cuando una persona ha sido diagnosticada de manera prematura, y apenas comienzan a aparecer los primeros síntomas, no es necesario hacer grandes cambios y o limitar enormemente las actividades. Lo que sí es muy importante es que los familiares, o quien esté al cuidado del enfermo, se mantengan alertas, además de dar un estricto seguimiento médico que permita tomar las decisiones pertinentes en el momento correcto.

La edad, por sí misma, tiende a deteriorar la concentración y la rapidez de los reflejos, tan necesarios a la hora de manejar un coche, y cuando se padece Alzheimer este deterioro sucede de manera mucho más drástica. Llegará un momento en que será preciso abordar este y otros temas, como el hecho de que salga a la calle sin compañía o esté sólo en su vivienda; y de esta manera, buscar alternativas viables para sostener la calidad de vida del enfermo y sus familiares.

Lo ideal es hablar con el enfermo de los cambios, que tarde o temprano tendrán que hacerse, inmediatamente después del diagnóstico. Algunos signos de que es momento de dejar de manejar para un enfermo de Alzheimer o, en todo caso una persona mayor, son:

- Dificultad para recordar el camino a lugares frecuentes
- No se mantiene dentro del carril
- Confundir los pedales
- No respetar las reglas de tránsito
- Decisiones lentas o equivocadas
- Dar banquetazos
- No respetar el límite de velocidad o ir demasiado lento

Estos son algunos signos de que se debe dejar de manejar inmediatamente, siempre es más recomendable hacerlo antes de que estos aparezcan, para evitar cualquier percance y para que los cambios se hagan de manera paulatina, y no sea tan duro.

El médico puede ser de gran ayuda para tocar estos temas con el paciente y la familia, y evitar así enojos innecesarios y resentimientos.

A fin de ser diligente, solicita que un especialista en terapia ocupacional evalúe a la persona con la enfermedad de Alzheimer. El especialista puede evaluar la repercusión de la enfermedad sobre la capacidad de conducir de la persona y ofrecer sugerencias para que conduzca sin peligro, y acerca de cuándo y cómo disminuir o suspender la conducción.

Facilitar la transición. Cuando tu ser querido deje de conducir, haz los arreglos necesarios para disponer de otros medios de transporte. Pregunta a familiares y amigos si pueden llevarlo a hacer mandados, o contrata un servicio de transporte para la tercera edad. Abre una cuenta con un servicio de taxis o automóviles para que tu ser querido pueda transportarse sin tener que manejar dinero.

Piensa en cómo limitar la necesidad de conducir de tu ser querido. Ten presente que muchos establecimientos ofrecen servicio a domicilio, como supermercados o tiendas de víveres, restaurantes y farmacias.

Además, distrae a la persona con la enfermedad de Alzheimer de la oportunidad de conducir y, dentro de lo posible, haz que alguien que esté sentado con él o ella en el asiento de atrás le distraiga.

Mantenerse firme a medida que la enfermedad avanza. Si la persona con dicho padecimiento insiste en conducir, considera estas estrategias preventivas como último recurso:

Toma el control de las llaves. Guarda las llaves fuera de la vista. Si tu ser querido insiste en llevar un juego de llaves, entrégale llaves falsas.

· Desactiva el vehículo. Desconecta un cable de la batería para evitar que el motor arranque o pídele a un mecánico que instale un interruptor general que se deba activar para poder encender el auto.

Vende el vehículo. Si puedes prescindir del vehículo de tu ser querido, piensa en la posibilidad de venderlo.

Tu ser querido probablemente lamentará perder su independencia, sea que deje de conducir totalmente o que lo haga por etapas. Sé paciente, pero mantente firme, porque las consecuencias de conducir peligrosamente pueden ser devastadoras.

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