Existen muchas creencias alrededor de la hidratación que no necesariamente son reales, y aunque esto parezca poco importante, debes saber que la buena salud y el bienestar dependen en gran medida de una correcta hidratación.
Por esto te presentamos algunos mitos acerca del agua y de la hidratación, con su contraparte, la realidad.
Mito: Se debe tomar agua solo cuando se tiene sed.
Realidad: La sed aparece cuando ya existe un ligero grado de deshidratación, por lo que es recomendable no esperar a tener sed o sensación de boca seca para tomar agua.
Mito: Beber agua durante las comidas dificulta la digestión y provoca que no comamos bien.
Realidad: La absorción del agua es muy rápida y no afecta la asimilación de nutrimentos, por el contrario, poner agua en la mesa, de preferencia simple, a la hora de comer ayuda a mejorar los hábitos en el consumo de líquidos.
Mito: A los niños chicos no les gusta el agua simple.
Realidad: Si desde pequeño no se le ofrece al niño agua de sabores o refrescos, sino agua sola, lo más probable es que más adelante prefiera agua simple, lo que ayuda a prevenir el sobrepeso infantil.
Mito: El agua simple es la única opción para mantenerse hidratado.
Realidad: El agua simple debe ser la bebida de primera elección para hidratarse correctamente, pero no la única; los jugos, leche, aguas de sabor, tés y algunos alimentos como sopas, caldos y, sobre todo, frutas y verduras también hidratan el organismo.
Mito: Los jugos de fruta aportan menos calorías que la fruta.
Realidad: Los jugos de fruta, sean naturales o envasados, contienen mayor cantidad de azúcar, ya que para hacer un vaso se requiere de mayor cantidad de este alimento.
Mito: Todas las personas deben consumir 2 litros de agua diariamente.
Realidad: Los requerimientos diarios de agua son individuales y dependen de factores como edad, sexo, actividad física, estado fisiológico (embarazo, lactancia y condiciones de salud) y clima, entre otros aspectos. Por regla general la recomendación para los diferentes miembros de la familia son los siguientes: 9 vasos de agua de 250 ml para mamá, 12 vasos de agua de 250 ml para papá y los niños 8 vasos de agua de 150 ml al día.
Mantenernos hidratados adecuadamente siempre será un elemento importante para la conservación de la salud. Si tienes dudas, consulta a tu médico.
