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Abuelos y nietos, una relación que beneficia a todos


En México se considera Adulto Mayor a una persona que tiene más de 60 años, y se refiere a la etapa que suma todas las experiencias de la vida y pasa por la mayoría de las metas familiares, profesionales y sociales. Pero también marca el inicio de una etapa donde las personas presentan condiciones de vulnerabilidad física, social y económica.

Ser viejo, en la actualidad, puede ser sinónimo de enfermedad, soledad y rechazo. Cuántas historias no se conocen de personas que son ignoradas por sus familias, están solos, sin metas ni motivos para vivir. ¡Si tienes un adulto mayor cerca de ti, hay mucho qué hacer! Es tiempo de cambiar y educar para cuidar de nuestros ancianos.

Los grandes tesoros del adulto mayor suelen ser sus hijos y sus nietos, y su más grande preocupación es que las personas que aman sean honestas consigo mismas, en la lucha por alcanzar su propia felicidad. Cuando los hijos de estos abuelos necesitan salir a trabajar y están fuera de casa gran parte del día, en muchas ocasiones son los abuelos quienes cuidan a sus nietos.

Lo que se observa es que la edad y la salud deteriorada pueden hacer sentir a la persona desolada, pero al recibir responsabilidades se esfuerza y desea realmente que las cosas salgan muy bien para todos. Cuando se les da la oportunidad de tener responsabilidades y obligaciones, se les dan motivos para vivir. Es por lo que un adulto mayor necesita tareas, labores qué realizar, actividades que le hagan sentir útil, y si están unidas a la sonrisa y energía de un niño, la felicidad será mayor.

La sonrisa y la algarabía de los niños despiertan los sentimientos más hondos de un adulto mayor, pero hay que tener presente que la responsabilidad del cuidado cae en los hijos, y que a los abuelos les toca gozar de sus nietos.

La autoridad pertenece a los hijos y los abuelos deben respetar las decisiones de ellos, y así enseñar a su nieto que son sus padres quienes deciden sobre lo importante, pero son los abuelos quienes toman decisiones sobre lo urgente.

Para ello, los hijos deben ceder la autoridad a sus padres mientras ellos no estén, pero tanto padres como hijos deben coincidir en las reglas y límites para que el niño no se confunda.

Así como los abuelos cuidan a los nietos, estos también ven por sus abuelos, proporcionándoles felicidad, preguntándoles de su pasado, hablando de sus inquietudes, ayudando con las tareas que pudieran ser pesadas. Pero esto sucede de manera natural cuando cada miembro de la familia asume el rol que le corresponde.

Por ello, los abuelos son los abuelos, la educación y la responsabilidad está a cargo de los hijos, y los nietos, con su alegría e inocencia dan motivo de esperanza a las personas de la Tercera Edad. Un niño sabe quién le quiere, no se le puede engañar. El tiempo que es para el niño debe ser de calidad, en esa misma retribución será su respuesta para las personas que le rodean. Los valores se enseñan, y en ocasiones son los abuelos los emisarios de tan grande tarea.

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