
Aumento de pecho, lo que debes saber.

La cirugía de aumento de pecho es una de las intervenciones estéticas más realizadas en el mundo. Muchas mujeres deciden someterse a este procedimiento por diferentes razones, como mejorar su apariencia, recuperar el volumen perdido después del embarazo o la lactancia, o simplemente sentirse más seguras con su cuerpo. Si estás considerando esta cirugía, es importante conocer en qué consiste, sus tipos, riesgos y cuidados posteriores.
El aumento de pecho, también llamado mamoplastía de aumento, es un procedimiento quirúrgico que busca aumentar el tamaño y mejorar la forma de los senos mediante el uso de implantes o grasa corporal. La cirugía generalmente dura entre 1 y 2 horas y se realiza bajo anestesia general.
Existen dos formas principales de aumentar el tamaño de los senos:
- Implantes mamarios: Son prótesis de silicona o solución salina que se colocan debajo del tejido mamario o del músculo pectoral. Hay diferentes tamaños, formas y texturas que pueden adaptarse a la anatomía y deseos de cada paciente.
- Transferencia de grasa: Se extrae grasa de otras partes del cuerpo mediante liposucción y se inyecta en los senos. Este método es menos invasivo, pero no permite un aumento de tamaño tan significativo como los implantes.
Las mejores candidatas para una mamoplastía de aumento son mujeres sanas, mayores de 18 años, con expectativas realistas sobre los resultados. Es importante que la paciente tenga un peso estable y no padezca enfermedades que puedan afectar la cicatrización o aumentar los riesgos quirúrgicos.
Antes de la operación, el cirujano realizará una evaluación médica completa, tomará medidas y ayudará a elegir el tipo y tamaño de implante más adecuado para su paciente.
Como cualquier procedimiento quirúrgico, el aumento de mama conlleva algunos riesgos, como infección, sangrado o acumulación de líquido, cicatrices visibles, ruptura o desplazamiento del implante y cambios en la sensibilidad del seno.
Durante las primeras semanas posteriores a la cirugía, es normal sentir inflamación, molestias o tirantez en el pecho. Se recomienda usar un brasier especial, evitar cargar peso y no realizar ejercicios intensos hasta que el médico lo autorice. En la mayoría de los casos, las pacientes pueden retomar sus actividades diarias en aproximadamente dos semanas.
Si deseas realizarte este procedimiento, acude con cirujano plástico certificado.