En México, casi 150 mil personas mueren cada año a causa de enfermedades del corazón, siendo el infarto agudo al miocardio el padecimiento cardiaco que más vidas cobra en el país.
El infarto agudo al miocardio es la oclusión abrupta del flujo sanguíneo. Se origina porque en las arterias cardiacas se forman placas de calcio y colesterol que las obstruyen y no permiten que llegue la cantidad adecuada de sangre al músculo cardiaco, aunque también pueden desarrollarse por enfermedades inflamatorias del corazón.
Además, en los infartos, las placas de colesterol que se acumulan en las arterias se pueden romper y derramar el colesterol y otras sustancias en el torrente sanguíneo. Se forma un coágulo de sangre en el sitio de la ruptura, que, si es muy grande, puede bloquear el flujo de sangre a través de la arteria coronaria, privando al corazón de oxígeno y nutrientes. Esto es parte de la respuesta de coagulación y cicatrización; el cuerpo actúa como si hubiera un sangrado activo en ese lugar y manda plaquetas, activa la fibrina y forma trombos para impedir que no nos desangremos, pero esto solo agrava la situación.
Además de la edad, los antecedentes familiares y ciertas enfermedades, los factores de riesgo del infarto al miocardio son:
- Consumo de tabaco
- Presión arterial alta
- Obesidad
- Diabetes
- Síndrome metabólico. Este síndrome se manifiesta cuando hay obesidad, presión arterial alta y nivel alto de glucosa en la sangre
- Niveles altos de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (“malo”). Sin embargo, un nivel alto de colesterol de lipoproteínas de alta
densidad ("bueno") puede reducir el riesgo
- Escasa o nula actividad física
- Estrés
- Consumo de algunas drogas
Aunque los síntomas pueden variar de una a otra persona, por regla general son:
- Dolor en el pecho de carácter opresivo
- Propagación del dolor hacia la parte izquierda del brazo o la mandíbula
- Mareo
- Sensación de evacuar
- Desmayo
El infarto del miocardio es una emergencia médica y requiere de atención inmediata.