El trabajo otorga a la persona el sentido de su identidad, influye en su autoestima y le da legitimación ante la familia y sociedad. Sin embargo, existen personas que trabajan de manera muy intensa y compulsiva, lo cual tiene consecuencias negativas. Esto configura un trastorno que se conoce como adicción al trabajo o workaholism.
Según un estudio publicado en 2015 por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la adicción al trabajo se presenta con mayor frecuencia en gente económicamente activa de 29 a 48 años, siendo cerca de 35% de profesionistas adictos al trabajo; 65% se desempeñan al día entre 10 y 12 horas, y un 10% trabaja más de 12 horas.
Casi el 85% de las empresas en México recompensan ese trastorno ocupacional, volviéndose un comportamiento tóxico, y que equivocadamente pareciera que es beneficioso tener gente demasiado trabajadora, sin distinguir la importancia entre ser adicto y ser productivo.
Una actitud compulsiva por el trabajo no siempre resulta ser productiva; por el contrario, puede acarrear consecuencias psicológicas y de salud a quien lo padece, e incluso puede desembocar en depresión.
Muchas veces el trabajo más que una actividad laboral es el refugio de muchas personas con problemas económicos y personales, que desafortunadamente no pudieron alinear su desarrollo profesional con sus valores y anhelos personales, lo cual también repercute a largo plazo en la productividad de una empresa.
Algunas alternativas para prevenir convertirse en un workaholic son:
1. Haz un alto y piensa en tu vida: ¿Los cambios importantes son el resultado de decisiones conscientes y deliberadas? ¿Eres feliz? ¿Estás haciendo lo que te apasiona? ¿Tienes una relación fuerte y estable con tu familia?
2. Identifica cuál es el rumbo que has seguido hasta ahora: Tu estilo de vida, tu trabajo, tus aficiones, tus actividades diarias, ¿hacia adónde te están llevando? ¿Qué quieres alcanzar con todas ellas?
3. Determina si ese rumbo coincide con tus anhelos más profundos: ¿Qué es lo que más anhelas? ¿Qué es lo que te apasiona? ¿Cómo quisieras vivir? El rumbo que hasta ahora has seguido, ¿coincide con esos anhelos? Muchas personas viven prisioneras de sus circunstancias, sin caer en cuenta de que en sus manos tienen el poder de vivir como deseen.
4. Reconoce cuáles son los cambios que debes hacer para que coincida: ¿Qué cambios necesitas para alinear el rumbo de tu vida hacia tus anhelos?, ¿qué actividades debes dejar?, ¿qué actividades debes adoptar?, ¿qué relaciones debes reforzar?
5. Decide hacer al menos un cambio pequeño todos los días: Vivir en un estado de motivación y felicidad continuo no depende de tus circunstancias, sino de las decisiones diarias que tú tomas para alinear tus circunstancias hacia el rumbo que quieres seguir.
6. No te quedes estático: Explota tus virtudes y habilidades, practica deportes o cualquier actividad física que sirva como distractor y canalizador de energía.
7. Aprende a balancear: Los problemas de trabajo se resuelven dentro del horario de trabajo, y los problemas de casa no se llevan a la oficina; es una ley de vida.
Es importante utilizar talentos y habilidades propias, no solo para generar los recursos económicos, sino también para mantenerse sanos mentalmente y desarrollarnos en un ambiente ideal.