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Hipertensión en la mujer


La hipertensión es el incremento de los niveles de presión arterial en la sangre. Esta elevación constante de la presión provoca que los órganos se dañen gravemente, tal es el caso del corazón, el riñón, el cerebro y los vasos sanguíneos.

La principal causa de mortalidad en las mujeres mexicanas es la cardiopatía isquémica (infarto del corazón), cuyo primer factor de riesgo es la hipertensión arterial sistémica. Actualmente, en México existen más de siete millones de mujeres con hipertensión arterial.

La realidad de la mujer mexicana ha cambiado. Hoy cada vez son más quienes trabajan tiempo completo, son madres, esposas y dividen su día entre lo laboral y lo familiar. Esto ha provocado cambios en los hábitos alimenticios de la familia. Hoy en día se cocina y se come menos en casa y se elige una alimentación poco balanceada en la calle, propiciando la obesidad y el sobrepeso, dos factores determinantes para elevar la presión sanguínea, no solo de la mujer sino de toda la familia.

La mortalidad directa por hipertensión se ha duplicado en la última década. Por tal motivo, es fundamental prevenir la aparición de esta enfermedad en las mujeres mexicanas (y en la población en general), ¿cómo? Realizando un cambio en el estilo de vida:

Tener una dieta saludable con bajo contenido de grasas, azúcares y sal.

Mantenerse en un peso saludable; hacer ejercicio aeróbico o dinámico todos los días, como caminar, correr, nadar, trotar o bailar.

No fumar ni beber alcohol.

Acudir al médico con regularidad, una consulta al año para checar su presión arterial, y si ya es paciente hipertenso, entonces ir dos veces al año y seguir un tratamiento según las recomendaciones del médico.

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Es importante recordar que la hipertensión es una enfermedad asintomática, es decir, que no se suele manifestar a través de síntomas, y cuando estos aparecen, generalmente es porque ya afectó órganos como el corazón o el cerebro. Esta enfermedad crónica requiere que el paciente
cambie su estilo de vida y, en la mayor parte de los casos, el consumo diario de medicamentos antihipertensivos. Además, si la hipertensión ha dado complicaciones, esto puede influir dramáticamente en la esperanza y en la calidad de vida de los pacientes.

Además, es importante mencionar que la menopausia establece un nivel de riesgo mayor, ya que la disminución de los estrógenos propicia una mayor probabilidad de padecer hipertensión arterial sistémica, problemas de colesterol, sobrepeso y obesidad y aumento en el riesgo de infarto del miocardio.

La hipertensión arterial contribuye en el 27% de las muertes por infarto del corazón y en el 42% de las muertes por enfermedad vascular cerebral.

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