La función cardiovascular (corazón) y pulmonar (pulmones) están estrechamente relacionadas. El corazón bombea sangre a los pulmones, donde recoge oxígeno y libera dióxido de carbono. A continuación, la sangre vuelve al corazón, que la bombea al resto del cuerpo.
El ejercicio puede mejorar tanto la función cardiovascular como la pulmonar de las siguientes maneras:
- Fortalece y hace más eficiente al corazón; este puede bombear más sangre con cada latido, lo que reduce la carga de trabajo de este importante órgano.
- Puede ayudar a ensanchar los vasos sanguíneos, lo que facilita el flujo de sangre a través de ellos, disminuyendo la presión arterial.
- El ejercicio puede ayudar a aumentar el número de glóbulos rojos, que transportan oxígeno a los tejidos, por lo que mejora la capacidad del organismo para utilizar el oxígeno.
- Mejora la función pulmonar aumentando el tamaño de las vías respiratorias y la fuerza de los músculos que ayudan a respirar, lo que facilita la respiración, especialmente durante el ejercicio.
- Reduce el riesgo de cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades crónicas, como la diabetes de tipo 2 y algunos tipos de cáncer.
Algunos tipos de ejercicio pueden mejorar la función cardiopulmonar, por ejemplo:
- Ejercicio aeróbico. El ejercicio aeróbico es cualquier actividad que aumente el ritmo cardiaco y te haga respirar con más dificultad. Algunos ejemplos de ejercicio aeróbico son caminar, correr, nadar, montar en bicicleta y bailar.
- Entrenamiento de fuerza. El entrenamiento de fuerza ayuda a aumentar la masa muscular. Esto puede ayudar a mejorar la fuerza del corazón y de los músculos que ayudan a respirar. Algunos ejemplos de ejercicios de fuerza son: levantar pesas y hacer flexiones y abdominales.
- Yoga. El yoga es un ejercicio de cuerpo y mente que combina posturas físicas, ejercicios de respiración y meditación. El yoga puede ayudar a mejorar la flexibilidad, la fuerza y el equilibrio, todos ellos importantes para la salud cardiopulmonar.
Organismos internacionales recomiendan que los adultos hagan al menos 150 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada o 75 minutos de actividad aeróbica de intensidad vigorosa cada semana. También recomiendan que los adultos realicen actividades de fortalecimiento muscular, que trabajen los principales grupos musculares dos o más días a la semana.
Mejorar la función cardiopulmonar a través del ejercicio es una excelente forma de mejorar la salud y el bienestar general. Si haces del ejercicio una parte habitual de tu vida, podrás reducir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, mejorar tu estado de ánimo y aumentar tus niveles de energía.
He aquí algunos consejos adicionales para mejorar la función cardiopulmonar mediante el ejercicio:
Encuentre una actividad que le guste y con la que pueda cumplir.
Fíjese objetivos realistas y aumente gradualmente su nivel de actividad con el tiempo.
Caliente antes de hacer ejercicio y relájese después.
Escuche a su cuerpo y tómese descansos cuando los necesite.
Manténgase hidratado bebiendo mucha agua antes, durante y después del ejercicio.
Lleve ropa y calzado cómodos y adecuados para la actividad.
Con el ejercicio regular, puede mejorar su función cardiopulmonar y disfrutar de una vida más sana y activa.