La enfermedad de Parkinson (EP) es un trastorno neurodegenerativo que afecta predominantemente a las neuronas productoras de dopamina ("dopaminérgicas") en una zona específica del cerebro llamada sustancia negra.
Los síntomas suelen desarrollarse lentamente a lo largo de los años. La progresión de los síntomas suele variar de una persona a otra, sin embargo, estos pueden incluir:
- Temblor en las manos, principalmente en reposo
- Lentitud y escasez de movimientos
- Rigidez de las extremidades
- Problemas en la marcha y el equilibrio
Además de estos síntomas, la enfermedad de Parkinson puede manifestarse con signos que no están relacionados con el movimiento, por ejemplo:
- Depresión
- Ansiedad
- Apatía
- Alucinaciones
- Estreñimiento
- Aturdimiento o mareo al levantarse después de estar sentado
- Trastornos del sueño
- Pérdida del sentido del olfato
Actualmente se desconocen las causas del desarrollo de la EP, sin embargo, los científicos creen que es una combinación de factores genéticos y ambientales.
Aunque no hay cura, existen opciones de tratamiento, que incluyen medicamentos, cambios en el estilo de vida y cirugía. En la actualidad, todos los tratamientos pueden mejorar los síntomas, pero no desaceleran ni detienen la progresión de la enfermedad. Aunque el Parkinson en sí no es mortal, las complicaciones de la enfermedad pueden ser graves y sus efectos en la calidad de vida suelen ser complicados.