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Terapia asistida con animales de compañía


Terapia asistida con animales de compañía

Este tipo de terapia ha tenido un reciente auge, debido a las múltiples respuestas positivas generadas. Idealmente debe ser impartida de manera específica por terapeutas y profesionales en el área.

Muchas de las mismas cualidades que hacen que las mascotas sean beneficiosas para los niños, los hacen útiles en la psicoterapia infantil, desde la construcción de una relación con pacientes infantiles difíciles de tratar, hasta reforzar la autoestima de los pequeños traumatizados.

Los niños con capacidades especiales también son gratamente beneficiados con este vínculo, ya que favorece la auto confianza, el desarrollo motor a través del juego y la interacción social específica. Un animal de compañía ayuda a educar socialmente a un niño, debido a sus capacidades de relación, y eso les permite aprender y estructurar conductas. Este vínculo, bien dirigido, puede favorecer de manera específica las necesidades particulares de cada niño.

El perro en particular da ejemplo de expresividad, aceptación, fidelidad, resiliencia y lealtad, satisfacción ante pequeños regalos, enseña a los niños a valorar la soledad como recurso cuando es necesario, a adaptarse a las normas de la familia y de convivencia.

El gato en particular enseña autonomía e independencia, le ayuda a aceptar un no, ya que no siempre responde a las peticiones de juego o interactividad de manera inmediata, genera tolerancia a la frustración y respeto a las diferencias rítmicas de cada ser vivo, desarrolla la paciencia y entrena a los niños a ser observadores, pacientes, calmos y precavidos.

Aunque la mayoría de los niños pueden ser gentiles y apropiados con los animales, es preferible, sobre todo si el niño es muy pequeño, que nunca esté solo con un animalito de compañía. Cabe señalar que algunos niños a cualquier edad pueden llegar a ser muy toscos y hasta abusivos. Si tal comportamiento persiste, a pesar de que se le explica o se le llama la atención, puede ser una señal de problemas emocionales significativos. Cualquier niño que abusa, tortura o mata animales de cualquier especie, debe de ser referido a un terapeuta para una evaluación comprensiva.

Los animales proveen lecciones maravillosas acerca de la vida misma: la reproducción, nacimiento, el desapego, las enfermedades, los accidentes, la muerte y el duelo.

Si además de esto aprovechamos este vínculo para inculcar en los niños una cultura de tenencia responsable (incluyendo la esterilización) y compromiso, generaremos seguramente adultos más responsables, ya que los niños no son el futuro del mundo, sino el presente de la humanidad.

“Todo niño necesita dos cosas: un perro y una madre que le deje tener uno”.